26

17K 930 68
                                        

Drew

Uno, dos, tres golpes di contra el saco de boxeo, una fina capa de sudor cubría mi frente y la retire automáticamente con el dorso de mi mano cubierta con unos guantes azules para evitar cualquier tipo de herida en mis nudillos.

Un jadeo ahogado se deshizo entre mis labios. Recordé, recordé cada segundo de todo lo sucedido hace un mes atrás y también recordé su expresión cuando la vi por última vez con Megan en el pasillo; discutiendo o eso pude percibir. La rabia, la frustración y la tristeza salieron a flote mientras mis puños impactaban contra el saco, cada momento con mayor rapidez que me agotaba fácilmente.

Como una fina capa de neblina en mi mente apareció la expresión de Halle cuando hablaba con Meg, mis intenciones con ella solamente iban de amistad y nada más, aunque si debo de admitir que hace bastante tiempo atrás ella solo era una compañía nocturna pero últimamente pasaba de ella y por mucho que Megan intentara volver acercarse como antes, no era fácil para mi, no cuando en lo único que pienso tiene nombre y apellido.

Gruñí dando el último puñetazo mientras me dejaba caer en la colchoneta, con el pecho subiendo y bajando agitado. Miré el techo que mantenía unas poco atractivas manchas de musgo y estaba seguro que otras eran por unas goteras que pudo haber tenido producto de una lluvia.

—Woah, tranquilo hermano.

Bajé la vista encontrándome de frente con Parker que no paraba de reírse por mi momento de desquite.

—Debo estar listo para la pelea de mañana—susurre intentando que mi voz no se escuchara entrecortada por la falta de aire.

—Lo sé y me parece perfecto, pero por ahora baja tu furia y mueve tu culo porque hay alguien afuera que quiere hablar contigo.

Levante la mitad de mi cuerpo hasta quedar sentado, le miré extrañado y éste otro solo opto por hacer un par de señas para darme a entender que se trataba de una chica.

—¿Megan?

Megan nunca venía a algún entrenamiento mío ya que de que de cierta forma estaba prohibido que alguien más viniera, pero como nuestro entrenador no se aparecía ciertos días por aquí, por ahora no importaba mucho si alguien merodeaba.

—No, la pequeña castaña que siempre estaba contigo.

Halle.

Un escalofrío me recorrió a pesar de la alta temperatura corporal que llevaba. Me levanté de un salto y salí sin escuchar ni mirar a Parker a pesar de que este llamaba mi nombre.

Vi un pequeño y menudo cuerpo que me daba la espalda, el cabello rizado y castaño caía como suaves ondas por su espalda, un vestido de color rojo oscuro o quizás es un tono vino que se enfundaba hasta sus muslos aunque yo que iba a saber de que color era el vestido, como si realmente fuera a importarme. Joder ese vestido era la cosa mas increíble que ella pudiera llevar el día de hoy, en otro momento hubiera imaginado quitárselo pero ahora estaba asombrado de verla.

Salí de mi trance cuando le vi sonreírme tímida, intente mantenerme tranquilo y no tomarla entre mis brazos para hacerle saber cuanto le he extrañado pero si hacía eso, entonces volvería a joderlo todo otra vez.

—Hola—la misma sonrisa dulce seguía en sus labios y me hizo sentir aliviado de saber que ella no me odiaba lo suficiente como mandarme a la mierda.

—Hey, que extraño verte—mordí mi lengua al darme cuanta que ya lo estaba arruinando.

—Lo se, lo siento—froto sus brazos como si eso pudiera quitar la tensión que había, sus ojos se encontraron enfocados en el suelo aunque solo bastaron un par de segundos para que volviera a mirarme—. Quiero decir.... Lo siento, ni siquiera se que hago acá.

Hit Me © | Terminada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora