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Drew.

El sabor amargo del liquido dorado traspasaba mi garganta y dejaba un pequeño escozor que me agrada, la botella helada estaba entre mis dedos con menos de la mitad de la cerveza. Mis ojos impactaron de golpe cuando vi los tacones de Megan aparecer en mi campo de visión, me sonrió complacida y entonces le vi acercarse lo suficiente a mi, como para instintivamente alejarme por inercia.

—Creo que la pequeña perra de tu novia esta jugando muy sucio—sentí el cálido aliento chocar de golpe contra mi oído y entonces le miré con mis expresiones duras.

—¿De qué hablas Meg?—susurre intentado ser dulce con ella, solo por cortesía pero aún así mi voz me jugó una mala pasada.

—Hablo de que deberías haberla visto mirar a Trev. Cuidado con Halle, cariño—noté en su voz ese toque de sinceridad, como cuando intentaba convencerte de algo muy importante—. Sabes cuanto me importas.

Le vi encogerse de hombros despreocupada y entonces volvió al lugar donde se encontraba minutos atrás. Mis ojos revolotearon por la sala que ahora se encontraba repleta de risas, me enfoque en Trevor que ni se inmutó en devolverme la mirada. No sabía exactamente que pasaba por mi mente ahora mismo pero el solo hecho de ver a Halle en los brazos de alguien mas, hacía que mi cabeza diera vueltas. Sin pensarlo antes mis manos presionaban con tanta fuerza el cristal que por un momento creí que se rompería entre mis dedos.

Una pequeña mano se posicionó en mi hombro izquierdo y entonces me aleje sin pensarlo dos veces, cuando me volteé lo suficiente como para mirar a mi acompañante, veo de cuclillas a Halle que me veía con sus labios entre abiertos y su mirada preocupada.

—¿Estás bien? Lo siento, ¿Te he asustado?—me preguntó bajando su mano para dejarla en su regazo.

—No. Estoy bien.

Me quede mirando mis botas negras y no me atreví a mirar a la castaña otra vez porque me sentía fatal por las tonterías que estaba pensando antes de que apareciera.

—Baja tus humos, Drew. Pareciera que quieres asesinar esa botella, has hecho que Halle se asuste.

Escuché la voz de Parker y entonces mire mis nudillos casi blancos por como sostenía la cerveza.

—Largo.

Dije aún mirando mis manos, no lo pensé dos veces cuando mis palabras salieron de mis labios. Quería que se fueran, ahora.

—¿Qué? ¿Es en serio?, pero si ni siquiera he acabado mi tercera cerveza. Venga idiota, relájate y toma otra botella que la necesitas.

—¿Sabes qué necesito?—me levanté del pequeño asiento elevando mi voz—. Que tú y tus amigos levanten sus culos de mi sofá y se larguen de mi apartamento. Ahora.

Parker me miró impresionado y ni hablar de los demás, pero sentía que si no se iban ahora, comenzaría a lanzar todo a mi paso.

—Sabes si sólo querías un poco de intimidad con Halle, lo hubieras dicho antes.

El rubio me respondió tomando su botella y entonces se encaminó hasta el pasillo que daba hasta la salida pero no sin antes de sonreírle a la castaña que se encontraba a mi lado, mirándome reprobatoriamente. Los demás no demoraron mas de un minuto en salir por la puerta y entonces cuando eso sucedió, deje la botella en la mesa de café y mis dedos se aferraron a mis desordenados cabellos antes de querer gritar cualquier tontería.

—¿Por qué has sido tan grosero, Drew?—escuché la pequeña voz de Halle reclamándome—. Ellos solo han sido amables en venir a visitarte, son tus amigos.

Hit Me © | Terminada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora