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Volver a clases no era nada fácil y menos cuando sabía que tenía que ver a Tom otra vez, pero tampoco me esperaba que se acercara a mi al salir de clases y que me dijera que necesitaba hablar conmigo. Y es esa la razón por la cual mis piernas parecen una verdadera gelatina en este preciso instante porque por mi mente divagan muchas ideas que no me agradan.

—No puedo creer que me hayas visto la cara de idiota.

Su semblante se mantenía serio, como me había acostumbrado a verle estas últimas semanas y verdaderamente era la situación más difícil que tenía que enfrentar.

—No saques conclusiones por ti mismo, Tom —masculle en un débil susurro que me hacía sentir pequeña.

—¿Ah no?, ¿Entonces el que te haya visto allá no quiere decir nada?

Su mirada fría centrada en la mía, sus rizos caían aún más alborotados por su frente, que casi podía cubrirle el ojo derecho, note que su cabello estaba mucho mas largo, casi llegándole a los hombros.

—No quiere decir nada.

—No es verdad. Yo por eso sentía que conocía a ese idiota. No puedo creer como fui tan imbécil para no saberlo antes.

—Drew solamente es un amigo, es un tipo que vive al lado mio, nada más y me invitó ese día a verle pelear.

Mis palabras intentaban hacerle ver lo equivocado que estaba, porque era cierto, yo nunca me involucre más allá con Drew y estaba completamente segura que eso no sucedería. Él no era el tipo de hombre con el cual yo quisiera pasar el resto de mi vida. Por supuesto que no, nunca estaría con una persona como él.

—¿Nunca pasó nada? —pronunció herido, manteniendo su vista en un punto fijo del suelo, haciéndole ver distraído.

—Nada.

Murmure viéndole y me impulse para tomar su rostro entre mis manos, para mi suerte, su rostro consiguió suavizarse por mi ligero tacto. Sus ojos ámbar conectaron con los míos, pero bastó un par de segundos para que mis labios fueran aprisionados por los suyos; siempre tan suaves, delicados y dispuestos a acoplarse con los míos.

—Te quiero otra vez, a ti. No quiero que estés con alguien más.

Consiguió susurrar sobre mis labios que aún podía mantenerse aprisionados por los suyos, pero no me importaba porque yo disfrutaba de éste momento.

—No me gusta saber que desconfías de mi ¿De verdad pudiste creer que te engañaría con un boxeador? —le hice saber lo gravemente equivocado que estaba y entonces escuché su melodiosa risa en respuesta a lo que había dicho y me hizo entender cuán estúpida fue su mente al pensar que yo podía tener algo con Drew.

—Vamos, iré a dejar a mi novia a su casa.

Tomó mi mano y me acercó a su cuerpo, provocando que mi cabeza quedara recostada en su hombro. Caminamos hasta su auto y abrió la puerta del copiloto para que yo pudiera subir al coche.

Encendió la calefacción por el clima que no resultaba ser muy agradable el día de hoy. Condujo sin prisas hasta mi apartamento que quedaba a una media hora más o menos de la universidad y detuvo el auto afuera del moderno edificio.

—¿Quieres subir?

Le pregunté en cuanto quité el cinturón de seguridad que pasaba por encima de mi hombro derecho hasta llegar a mi cadera.

—No puedo cariño, tengo trabajo que hacer y si realmente no llego hacerlo, entonces Matt se pondrá como loco.

Reí suavemente al saber como podría llegar a estar Matt, a veces era un exagerado, siempre tan perfeccionista en todo.

Hit Me © | Terminada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora