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Una vibración realmente incómoda sacudía levemente mi cabeza, mis ojos consiguieron abrirse perezosamente y deslicé mi mano debajo de mi almohada para tomar mi teléfono.

Nota mental, no dejar otra vez mi móvil debajo de la almohada, no por lo menos si no quiero despertarme con la cabeza vibrando. No es algo agradable.

Acepté la llamada sin ver de quién se trataba. Quité todas las sábanas de mi cuerpo para levantarme y caminar descalza hasta la cocina, sintiendo el frío suelo hacer contacto con mis pies tibios.

-Hola.

Hablé escuchando mi voz demasiado somnolienta y perezosa.

-¿Halle?-esa voz dulce pero al mismo tiempo demandante se escuchaba al otro lado del móvil.

-¿Mamá?

Quité el móvil de mi oreja para ver la pantalla y verificar que se trataba de ella.

-Cariño, ¿Estas ahí?

-Si, lo siento. ¿Como has estado? Lamento no llamarte, he estado ocupada.

Dije vertiendo el café caliente en una taza para dejarlo sobre la mesa, y luego me dispuse a dejar un par de tostadas en un plato.

-Y no tenías tiempo para tu madre, yo no te he criado así...

Aquí vamos de nuevo, siempre hacía eso y conseguía hacerme sentir culpable.

-Lo lamento, sabes que además de estudiar también trabajo, mamá.

-Y no me gusta ese trabajo tuyo, sabes que con tu padre podemos pagarte todo si así lo pides.

Rodeé los ojos al volverla escuchar decir aquello que ya me molestaba, necesitaba ser responsable y obtener las cosas por mi esfuerzo, no simplemente con llamar a mis padres y decirles que necesitaba dinero aparecerían los billetes por arte de magia, yo no quería eso.

-Sabes lo que pienso al respecto-aseguré antes de beber un sorbo del líquido caliente.

-No puedo permitir que mi hija sea una mesera.

-No soy una mesera y así lo fuera no tendría nada de malo.

Deje la tostada en el plato luego de dar un pequeño mordisco.

-Con tu padre perfectamente podríamos pagarte un mejor departamento.

-Ni siquiera conoces mi apartamento.

Y es verdad no le conocía porque cuando lo adquirí fue mi padre quien me acompañó, ya que Mary no estaba de acuerdo con la adquisición de éste apartamento.

-Pero lo haré hoy.

Casi me atragante con el café que estaba a punto de tragar.

-¿Vendrás?

-Si, tu padre y tu hermano irán conmigo hoy. Así que realmente espero ver ese apartamento tuyo.

-Vale. ¿A que hora estarás aquí?-di un corto suspiro.

-Para la cena, ah y quiero conocer a ese novio tuyo ¿Cómo se llamaba? ¿Tim?

Bufé por su maldita ironía, era tan molesta.

-Tom, mamá.

-Como sea, ¡Nos vemos cariño!

No alcancé a responder porque ya había colgado. Deje el móvil en la mesa y gruñí bajo al hacerme la idea de lo que me esperaba el día de hoy. Esto era una verdadera pesadilla, mamá creía que podía controlar la vida de cada uno de nosotros, cuando en realidad no era así. Le gustaba que todo fuera como ella quería, planeaba cada cosa que nosotros hiciéramos.

Hit Me © | Terminada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora