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Tornado azulado, provoqué que mi bebida fuera un remolino con la pajita que mantenía entre mis dedos y que entre a ratos tomaba sorbos del licor. Drew estaba a mi lado manteniendo su mano contra mi muslo y empinaba la botella de cerveza hasta sus labios, por otra parte, Caroline y Matt disfrutaban de la música electrónica que complementaba el ambiente del bar.

A medida que pasan los minutos el lugar comenzaba a llenarse y mas botellas de cerveza veía pasar frente a mis ojos por parte del barman a los clientes.

—¿Quieres bailar?—un susurro delicado se escucho contra mi oído y me volteé con la intención de enfocar mi mirada en mi acompañante.

Mi sonrisa se amplió y me vi sorprendida de que me lo pidiera, pensaba que odiaba bailar pero aquí estaba ahora, pidiéndome que bailara junto a él.

—Si quiero.

Dejé a un lado la copa vacía y me levante acomodando mi vestido para impedir que consiguiera incomodarme.

—Creí que no bailas—agregue cuando tomó mis manos para dejarlas detrás de su cuello y posicionar las suyas en mi cintura que de apoco comenzaban a moverse por el ritmo de la música.

—Que no lo haga, no quiere decir que no quiera.

Me miró sonriente y me vi en la obligación de quedar a espaldas contra su pecho que subía y bajada en cada inspiración que realizaba. Mi cabeza rebotó con suavidad en su hombro cuando acarició mi cuello con la yema de sus dedos, sentí cada uno de los vellos de mi piel erizarse por el tacto que me producían sus labios aunque un escalofrío me recorrió cuando su lengua se deslizó por mi piel descubierta.

Mis ojos por un segundo se mantuvieron cerrados y las pestañas me rozaron las mejillas al abrirlos. Me giré para mirarle y me sonría satisfecho, sin ninguna pizca de sentirte retraído por lo que había hecho, es mas podría decir que estaba feliz. Una fina capa de sudor nos cubrían por toda la gente que nos rodeaba y además el hecho de haber bailado también nos daba la suficiente temperatura corporal como para querer tomar aire fresco. Depositó un beso contra mis labios y se encaminó a la barra para tomar su botella de cerveza y empinársela, le sonreí sin importarme que me haya dejado sola en la pista de baile porque Caroline me cogió del brazo para que bailará junto a ella. Matt se encontraba hablando con un grupo de chicos que suponía que conocía.

La pelirroja agitaba su furioso cabello, que se movía como si el fuego estuviera danzando; levantó sus manos riendo y no me importó seguirle el juego. Siempre que salíamos juntas a fiestas no nos importaba bailar como unas verdaderas adolescentes. Mis caderas se movieron a cada lado, como un suave vaivén que me hacia sonreír y los cortos cabellos de mi cabellera cobraban vida propia que no me molestó tener algunos mechones cayendo en mi rostro para obstruirme la vista de las luces  multicolores que cambiaban rápidamente.

—¡Eh! ¿Quieres bailar?—escuché que alguien preguntaba y me giré a mirar a un chico de cabellos dorados y desordenados con unos amistosos ojos color caramelo.

Miré a Caroline que solo me empujó levemente en dirección al chico que esperaba una respuesta de mi parte.

—Ve, no creo que a Drew le moleste—susurro en mi oído para luego sonreírme y caminar hasta la barra.

Tenía razón, Drew no tendría por qué molestarse, solo era un baile y luego me iría junto a los demás.

—Supongo que estará bien.

Le dije sonriendo suavemente y se acercó a mi lado con la intención de ocupar el lugar que Caroline había dejado, aún así mantuve un distancia prudente que no me hiciera sentir incómoda.

Hit Me © | Terminada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora