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Enterré el cubierto de forma que quedaba sostenido por la comida extraña que intenté un montón de veces de engullir en mi boca, su apariencia y consistencia me hacia dudar de su procedencia. La comida de la cafetería estaba resultando un verdadero asco, creo que la cocinera había sido reemplazada y esto me daba consecuencia el miedo de caer enferma por este mejunje que se hacia llamar comida. Solté un suspiro cabreada y cogí una manzana roja que se veía bastante apetecible y jugosa.

-Tía-vi un chasquido frente a mis ojos, enfocándome en la pelirroja.

-¿Qué?-hablé masticando el pedazo de manzana que había arrancado con mis dientes.

-Te pregunté por qué ayer no me abriste la puerta de tu apartamento, te llamé un montón de veces.

-Porque me mudé con Drew.

Le vi alzar las cejas y me sonrió satisfecha.

-Eso explica muchas cosas-mordisqueo su labio de forma emocionada y añadió-. ¿Y qué tal?

Me escogí de hombros masticando casi como una bestia la fruta, mi estómago había rugido toda la hora en la cual me encontraba en clases.

-Bien.

-¿Bien? ¿Sólo bien?, ¡Vamos, necesito detalles!

Rodeé los ojos sabiendo que esto pasaría, Caroline podía ser tan cotilla pero aún así no me molestaba, ella me había ayudado a buscar un apartamento así que estaba agradecida.

-No se que decirte. La mudanza es algo que me dejó agotada, Drew ordenó todo tan perfecto que me sentía una completa desordenada, creo que quizás tiene alguna manía con el orden y limpieza-solté una pequeña risa al recordarlo.

-Entonces no creo que sea tan malo vivir con él. No te acomplejes y deja que las cosas fluyan, aunque yo estaría con los nervios de punta al tener un hombre como él viviendo conmigo.

-¿Qué quieres decir?

-Digo que esta jodidamente bueno, Halle.

Escuché su risa divertida y sabia que no lo hacia de tal forma que me ofendiera saber que le resultaba atractivo mi novio, pero es Caroline, ella siempre era sincera con todo y que mas podía decir; eso me gustaba.

Iba a responder cuando vi a Matt llegar a nuestra mesa en la cafetería.

-Hola nena-saludó a Caroline depositando un cálido beso en sus labios, el cual ésta le correspondía gustosa.

Bajé la mirada dándoles un poco de espacio y fijé mi vista en la comida horrorosa que me hacia tener el leve presentimiento que en cualquier momento aparecería un ojo explotando en mi rostro.

-¿Qué hay Halle?-Matthew me saludo tomando una silla, volteándole para poder sentarse y apoyar sus brazos en el respaldo de plástico.

-Todo bien.

-Caroline me comentó que pensabas mudarte, con el chico ese, el boxeador-me dio una cálida sonrisa, formando unos adorables hoyuelos en sus mejillas.

-Si, nos hemos mudado ya. Cualquier día de estos podéis ir, cuando ustedes quieran.

-Genial, eso estaría perfecto.

Fue el último comentario que hicieron en relación con mi nuevo apartamento y el echo de que estaba viviendo con Drew, el resto de la hora pasamos hablando de cosas tribales.




Los pasillos del edificio eran poco iluminados y eso le daba un aspecto bastante tétrico pero aún así no me desagradaban del todo. Rebusque en mi bolso las llaves que de seguro estarían enredadas con mis auriculares, no quería tocar la puerta porque quizás Drew aún no llegaba a casa o quizás estaba durmiendo y no pensaba despertarlo luego de que haya estado toda la mañana en práctica.

Hit Me © | Terminada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora