Hit Me © | Terminada |

39

Mantuve despreocupada mis piernas sobre el regazo de Drew. Intenté quitarlas pero él solo me sostuvo aferrándome junto a él, cogió mi mano contra la suya de un modo que me hacia sentirme mas nerviosa al querer escucharle.

—Esta bien si no quieres decirme nada, esta bien si quieres guardártelo. No voy recriminarte—dije teniendo la esperanza de quitar su rostro afligido y lleno de ansiedad que me mantenía con los nervios de punta. Tal vez el verle de esa manera me resultaba horrible.

—No—volteó a mirarme tranquilo y entonces continuó hablando—. Quiero que sepas cada uno de los detalles si es necesario, quiero que sepas absolutamente todo de mi.

Asentí suave dándole a entender que estaba dispuesta a escuchar cualquier cosa que quisiera decirme, sin importar lo que sea.

Le vi tragar saliva y aclaró su voz antes de emitir cualquier sonido—. Mis padres se divorciaron cuando tenía ocho. Nunca comprendí muy bien las razones hasta que ya era mucho mas grande pero en ese momento sólo era un niño que veía peleas y gritos en casa. Estaba asustado, Halle.

Su mirada pérdida le hacia verse concentrando, quizás intentando recordar cada cosa para no olvidar hasta el mas insignificante detalle.

—Esto empezó cuando mi padre supo que mi madre estaba con alguien más. Salía con el que era su jefe en ese entonces, mi padre les encontró besuqueándose a la salida del trabajo y ella confesó todo, tampoco podría haberle negado lo que era mas que obvio porque eso sería patético. Recuerdo que cuando ambos regresaron sólo podía escuchar los sollozos incontrolables de mamá y en cambio mi padre solo le gritaba por haberle lo sucedido, él estaba completamente enamorado de ella. Las cosas empeoraron y todo era gritos y llantos, absolutamente todos los días, eso detonó que Lena, mi madre, se fuera de casa para irse a vivir con su amante, nos dejó a ambos pero yo como el crío que era me mantenía asustado pensando que mi madre iba a volver por mi, pero sabes que eso nunca pasó, nunca regresó, por su hijo nunca lo hizo.

Una sonrisa amarga ocupaba su rostro y entonces una imagen de un pequeño Drew ocupaba mi mente. Sus ojos azules repletos de pánico hacía que los míos se nublaran.

—Drew—dije de modo lastimero, con intenciones absolutas de levantarme de la cama para estrechar le, pero él me vio negando y entonces me mantuve en mi lugar.

—Halle por favor, déjame terminar—suspiró dándome una pequeña sonrisa reconfortante.

—Una vez me preguntaste la razón de las cicatrices que están en mi espalda. No fueron hechas por otro boxeador, no fueron hechas por mi, mi padre las hizo cuando ni siquiera podía sostenerse de pie, se las hizo a un chiquillo de once años que se sentía culpable por la mierda de vida que llevaba, todavía recuerdo la sensación de los cristales de una botella de cerveza contra mi piel, qué podía hacer además de llorar hasta cansarme y nada ni nadie lo detuvo. Recuerdo ese día un millón de veces y mas de una vez lo he soñado como una maldita pesadilla que va a perseguirme el resto de mis días. Sólo se que no quiero ser como ninguno de ellos—la mueca en sus labios me hacia detenerme a pensar que ya no quería seguir escuchándole, que solo quería hacerme un ovillo en la cama y llorar hasta cansarme—. Halle, quizás lo que diré no te gustará pero yo se que la relación con tu madre no es la mejor o la que quisieras tener y quizás si, si se equivocó en mentirte sobre Tom e intentar obligarte a tener una relación con él pero yo veo que ella te ama, le importas a su manera. Créeme que si yo tuviera una hija, no permitiría que estuviera con alguien como yo.

No me gustaba en la forma que hablaba sobre si mismo, la culpa nunca fue de él y nunca será suya, no iba a permitir que él siguiera pensando de tal manera.

—¿Alguien cómo tú?—pregunté con mi voz temblorosa como de esas veces que tu garganta quema y solo quieres echarte a llorar.

—Alguien que no es bueno, yo no soy bueno, cometo muchos errores y a veces no me arrepiento de ello, ¿Eso esta mal?