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El atrapa sueños colgaba desde el  techo de mi habitación, me gustaba verle allí, con las plumas blancas moviéndose libremente pero aunque me encantaba, la verdad sentía que no estaba haciendo efecto en mi. Había tenido pesadillas toda la semana desde que llegue a mi antigua casa junto a mi familia, y hoy por fin era Navidad.

Mary en un principio no se tomó muy bien la idea de toda la discusión que tuve con Drew pero aun así me detuve a decirle que no quería escuchar ningún sermón de su parte porque no lo necesitaba, aunque sus labios hicieran muecas como intentado escupir las típicas palabras de "yo sabía que esto pasaría" o de "él no es para ti". No quería escuchar hablar de mi ex novio.

Rodeé en la cama analizando mi semana, había pasado más tiempo con mi hermano Eddy viendo un par de películas y series, y eso definitivamente me encantaba, también papá había estado conmigo apoyándome y salimos un par de veces a comprar los obsequios para navidad. Por otra parte aunque Mary estuviera furiosa con Drew, ella estuvo aquí intentado olvidar todo lo que había pasado entre nosotras. Y lo agradecía eternamente.

Escuché unos golpes en la puerta y entonces vi a mi hermano entrar.

—Mamá dice que bajes, vamos a cenar—dijo sentándose en mi cama mientras inspeccionaba mi atuendo—. ¿No piensas cambiarte? Yo creía que las chicas siempre se arreglaban bastante para estas fiestas.

—No lo creí necesario pero de igual forma lo haré antes de que mamá comience a decir algún comentario inapropiado.

Me levanté revolviendo su cabello castaño, sus ojos verdosos dieron de golpe con los míos y las pequeñas pecas se repartían desde sus pómulos a su nariz. Lo cierto es que le daba un aspecto mas dulce a su rostro masculino.

Abrí el armario sacando un vestido verde que acompañaría con unas zapatos de tacón negros. Cuando dejé las prendas encima de la cama me volteé a mirar a Eddy.

—¿Qué?—murmuró observándome.

—Voy a cambiarme.

Moví mi mano como si estuviera echándole de mi habitación.

—Oh cierto. Lo siento—su risa melodiosa llegó a mis oídos y entonces desapareció de mi vista, dejando solamente el ruido de la puerta al cerrarse.

Me deshice de los holgados y desgastados pantalones grises, mi camiseta voló por la habitación para ser reemplaza por mi vestido color esmeralda y por último calce mis zapatos negros. Observé completamente mi aspecto y no dudé en maquillarse,y cepillar mi cabello que ya comenzaba a crecer.

—Has salido de tus aposentos querida hermana—escuché a Eddy reír cuando me vio salir de mi habitación.

—Vale, creo que has visto muchas series últimamente. ¿Game of Thrones tal vez?—apoyé mi mano en mi cadera mientras entrecerraba mis ojos como si quisiera adivinar.

—La he terminado hace una semana, pero si—murmuró sonriéndome—. Ya sabes que khaleesi es como mi amor platónico.

Le miré riendo y entonces me dispuse a bajar las escaleras, mi hermano siempre tenía algún amor platónico de alguna serie, era tan típico de él.

—¿Necesitas ayuda?—miré a Mary que observaba el horno para comprobar que el pavo estuviera cocido.

—No, ya he terminado—murmuró volteándose y entonces me miró detenidamente—. ¿Es el vestido que he te regalado?

—Si—dije alisando la tela del vestido entre mis manos—. ¿Te gusta?

—Te ves preciosa, Halle.

Hit Me © | Terminada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora