—¡Que ya voy! — reclame al escuchar de nuevo la bocina del auto.
Ya la gente no tiene paciencia hoy en día.
Cerré con llave la puerta de mi casa y tome mi bolso para ir a la casa de Sarah por no sé cuántos días. Le avise a mi mamá sobre todo esto, raramente no se enojó, ¿Obra de los dioses? Probablemente.
A paso apresurado, me subí al auto en el asiento del copiloto, Johan fue a buscarme y ahora vamos a ir a buscar a Erick. Él ya tenía todas sus cosas en mi casa pero dijo que le hacían falta otras.
—¿Todo bien? — preguntó él parando en un semáforo en rojo después de unos largos cinco minutos de silencio.
—Sí, solo es que es muy raro que Sarah nos invite a su casa por tantos días, y sobre todo tan emocionada,— me encogí de hombros mirando por la ventana,— Pero bueno...
—Yo no puedo opinar, recién los estoy conociendo.
Me quedé en silencio y empecé a molestar con mi celular.
Hablando en serio, me llamaba mucho la atención que Sarah nos invitara a los tres, sobre todo a Erick. Siempre ella me decía que no había mucha conexión- en el sentido de amigos- con él. Y que de la noche a la mañana, tienen tantos temas de conversación y van para todos lados juntos. Tampoco quiero ser egoísta y decir que no me gusta que se lleven bien, de hecho, lo intenté varios años pero me rendí después de ver que eran como agua y aceite. Al parecer las cosas fluyeron bien y están muy unidos.
Hablando de la reina de roma, sonó mi celular indicándome un mensaje de ella.
Sarah: ¿Estas con Erick?
Yo: ¿Estas enamorada de mi primo?
Sarah: Ridícula, solo respóndeme la pregunta, ¿Estas con él sí o no?
Yo: ¿Istis cin il si i ni?
Sarah: >:(
Yo: Cuando esté con él te llamaré, para que relajes tus hormonas y trasero.
Sarah: ¡Pilar!
—Ehh, oye,— comentó Johan llamando mi atención.
—Dime,— contesté apagando mi celular y desviando mi mirada hacia él.
—Prométeme que no pelearemos estos días.
Reí leve,— No prometo nada.
Llegamos a la casa de Erick, dejó sus bolsos en la cajuela y entró. Tomé mi celular y llamé a Sarah. Puse el altavoz para que todos escucharan a la desesperada de mi mejor amiga por ver a Erick.
A los tres tonos, contestó,— ¿Aló?
—Ya estoy con tu príncipe azul, para que relajes tus hormonas,— dije en modo de broma evitando mis risas.
—Deja de decir eso, y no es mi príncipe azul.
—Ay, admítelo.
—Solo,... vengan rápido, no quiero estar sola.
Rodé los ojos y colgué. Me fastidia que no se tome algunas cosas con humor pero bueno, así es Sarah, a veces es muy seria con sus cosas.
—¿De quién estabas hablando? — preguntó Erick confundido por la rara conversación.
—Pues de ti querido primo,— me giré y le dije apuntándolo con mi dedo índice,— Luego hablaremos de su raro comportamiento últimamente. Hasta empiezo a dudar sobre su amor secreto.
ESTÁS LEYENDO
Él es Mi Idiota
Teen FictionNormal. Mi adjetivo favorito. Nunca me han gustado los cambios. Mi vida es normal, mis padres, amigos, calificaciones, escuela, todo es absolutamente normal. Pero solo bastó una persona, solo una, para que mi adjetivo favorito quedara en el pasado...