Cap 7: Sarah y Erick

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—¡Que ya voy! — reclame al escuchar de nuevo la bocina del auto.

Ya la gente no tiene paciencia hoy en día. 

Cerré con llave la puerta de mi casa y tome mi bolso para ir a la casa de Sarah por no sé cuántos días. Le avise a mi mamá sobre todo esto, raramente no se enojó, ¿Obra de los dioses? Probablemente.

A paso apresurado, me subí al auto en el asiento del copiloto, Johan fue a buscarme y ahora vamos a ir a buscar a Erick. Él ya tenía todas sus cosas en mi casa pero dijo que le hacían falta otras.

—¿Todo bien? — preguntó él parando en un semáforo en rojo después de unos largos cinco minutos de silencio.

—Sí, solo es que es muy raro que Sarah nos invite a su casa por tantos días, y sobre todo tan emocionada,— me encogí de hombros mirando por la ventana,— Pero bueno...

—Yo no puedo opinar, recién los estoy conociendo.

Me quedé en silencio y empecé a molestar con mi celular.

Hablando en serio, me llamaba mucho la atención que Sarah nos invitara a los tres, sobre todo a Erick. Siempre ella me decía que no había mucha conexión- en el sentido de amigos- con él. Y que de la noche a la mañana, tienen tantos temas de conversación y van para todos lados juntos. Tampoco quiero ser egoísta y decir que no me gusta que se lleven bien, de hecho, lo intenté varios años pero me rendí después de ver que eran como agua y aceite. Al parecer las cosas fluyeron bien y están muy unidos. 

Hablando de la reina de roma, sonó mi celular indicándome un mensaje de ella.

Sarah: ¿Estas con Erick?

Yo: ¿Estas enamorada de mi primo?

Sarah: Ridícula, solo respóndeme la pregunta, ¿Estas con él sí o no?

Yo: ¿Istis cin il si i ni?

Sarah: >:(

Yo: Cuando esté con él te llamaré, para que relajes tus hormonas y trasero.

Sarah: ¡Pilar!

—Ehh, oye,— comentó Johan llamando mi atención.

—Dime,— contesté apagando mi celular y desviando mi mirada hacia él.

—Prométeme que no pelearemos estos días.

Reí leve,— No prometo nada.

Llegamos a la casa de Erick, dejó sus bolsos en la cajuela y entró. Tomé mi celular y llamé a Sarah. Puse el altavoz para que todos escucharan a la desesperada de mi mejor amiga por ver a Erick. 

A los tres tonos, contestó,— ¿Aló?

—Ya estoy con tu príncipe azul, para que relajes tus hormonas,— dije en modo de broma evitando mis risas. 

Deja de decir eso, y no es mi príncipe azul.

—Ay, admítelo.

Solo,... vengan rápido, no quiero estar sola.

Rodé los ojos y colgué. Me fastidia que no se tome algunas cosas con humor pero bueno, así es Sarah, a veces es muy seria con sus cosas. 

—¿De quién estabas hablando? — preguntó Erick confundido por la rara conversación.

—Pues de ti querido primo,— me giré y le dije apuntándolo con mi dedo índice,— Luego hablaremos de su raro comportamiento últimamente. Hasta empiezo a dudar sobre su amor secreto. 

Él es Mi IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora