Cap 52: Cuatro sobres

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Una nueva semana comenzaba, y no tenía ninguna otra preocupación que sacar buenas calificaciones.

La panza de Sarah ha estado creciendo al igual que sus cambios de humor. Un momento está feliz y al otro quiere llorar. Pero es entendible, el cambio hormonal en el embarazo en muy común y ya estoy acostumbrada que un día me quiera matar y al otro no.

El que no se ha acostumbrado nada es Erick, algo que me causa mucha risa.

Muchas cosas han pasado en la escuela, como por ejemplo, Erika volvió a aparecer y más diva que nunca. Su cambio de look nos dejó a todos perplejos.

Marcus aún no sabe que la sexy chica que ve trabajando en la biblioteca es Madison, pero tampoco planeo decírselo, se dará cuanta solito. En tres horas o en tres años, pero se dará cuenta. Y como cualquier otro día en esta escuela, todos nos sentamos en una mesa de la cafetería para almorzar.

Mi padre estaba tomando el avión para irse a New York. Solo espero que no pierda su trabajo por sus ganas de matar a su próximo jefe.

—¿Qué hace la profesora de biología aquí?— preguntó en voz alta Leo mirando encima de mi hombro. Me giré y efectivamente, la profesora parecía buscar a alguien.

No era algo de otro mundo, pero si extraño. La profesora nunca sale de la oficina de profesores a esta hora ¿Qué habrá sucedido?

No le tomé importancia al asunto y me concentré en mi almuerzo.

—Oh-oh, viene hacia acá,— dijo Emily con tono de advertencia.

A los segundos, la señora que me odia desde que entré a esta escuela tocó mi hombro y carraspeo la garganta,— Señorita Evans,— me dijo.

Traté de tragar lo más rápido posible el trozo de carne que tenía en la boca y me giré,— Dígame profesora.

—¿Ha sabido algo del señor Thompson?— me preguntó provocando un ambiente totalmente tenso en la mesa.

Incliné mi cabeza hacia un lado,— ¿Por qué debería saberlo?

—Señorita Evans, yo sé que usted es bastante cercana al caballero. Me preguntaba si es que sabía algo de sus faltas a clases,— explicó.

Me encogí de hombros,— No. No sé nada.

La profesora se giró y se fue decepcionada con cara larga. Mis amigos me miraban con atención,— ¿Estás...bien?— me preguntó Madison con cautela.

—De maravilla,— respondí contenta,— ¿Alguien tiene sal? Le falta a mi carne.

Sarah me entregó un poco y le esparcí en mi comida. Luego de eso tomé un bocado recibiendo miradas muy extrañas de parte de mis amigos.

—Estoy bien, ya lo superé,— dije sin más,— Ya no volveré a soltar una lágrima por él.

—Bien dicho,— me dijo Erick chocando los cinco.

—¿Pero estás segura que estás bien? — insistió Leo.

—¡Que sí, estoy bien! ¡Ya cambien el tema!

Todos parecían nerviosos, hasta que Emily apuntó algo en mi cuello y dijo,— ¡Que lindo collar! ¿Dónde lo compraste?

Oh, demonios.

Toqué la cadenita que colgaba de mi cuello al instante, y por inercia la arranqué sin mirarla. Tendí mi mano y se lo entregué a Emily,— Ten, no la quiero.

—Pero Pilar, tiene una "P" y una "J", no creo que tenga mucho sentido que yo....— dijo Emily analizando el collar pero al instante se calló,— La cagué ¿Verdad?

Él es Mi IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora