¿Qué?
—¿Qué?
Johan suspiró mirando un punto fijo en el suelo,— Desde hace mucho tiempo quería decírtelo, pero no podía hacerlo.
Silencio.
Parpadee seguidas veces entrando en un estado de shock,—¿Qué?
—No poder protegerte, no poder abrazarte, no poder besarte... Me está desesperando, y qué alguien más lo haga,— levantó su vista para mirarme a los ojos,— Hace que me hierva la sangre.
Por segunda vez en el día, me quedé congelada.
—Eres la razón por la cual tengo ganas de ir a la escuela, siempre busco excusas estúpidas para verte. Me gusta hacerte enojar como también me gusta hacerte reír, y eso es algo tan extraño,— cerró los ojos mientras soltaba una inocente risa,— Perdóname por todo lo que he dicho y hecho, no sabes cuan arrepentido estoy. Pero al estar cerca de ti, me hace actuar como idiota.
No sabía que decir. Me dan ganas de abrazarlo y decirle que también me gusta, pero otra parte de mi quiere golpearlo y decirle del por qué golpeo así al socio de su próxima empresa.
—Lucas tocó tus labios con los suyos,— comentó con voz enojada como si pudiera leer mis pensamientos,— Te besó.
Abrí mi boca para explicar pero él me la tapó con su mano, me extrañó su acción pero después comprendí. Estaba muy enojado y quería seguir hablando sin ser interrumpido.
—¿Has visto alguna vez como besan al chico que te gusta?— me preguntó sacando su mano de mi boca.
Sonreí traviesa dispuesta a decir una indirecta muy directa,— No porque nunca he visto que alguien te bese.
—¡Se siente horrible! ¡Como si te clavaran diez mil cuchillos en el pecho y que te quemaran la garganta con un soplete!— gritó alterado ignorando mi respuesta. Me reí negando con la cabeza,— ¿Qué te ríes? Me acabo de declarar, tengo heridas por golpear al chico que estaba besándote y tú te ríes.
—Te acabo de decir que tu también me gustas, y gritas,— me crucé de brazos. Johan levantó las cejas impresionado, me alegra a ver conseguido lo que quería,— Ya, ahora te vas a callar y vas a dejar que cure esas heridas.
(...)
—¡ESPERA, ESPERA, ESPERA!— gritó Sarah provocándome una mueca,— ¿CÓMO ESO DE QUE TAMBIÉN TE GUSTA? ¿DESDE CUANDO? ¡¡¿Y POR QUÉ YO NO LO SABÍA?!
Me reí ante su expresión de indignada, yo estaría igual que ella si mi mejor amiga no me dice que le gusta un chico, y sobre todo si lo conozco y es parte de mi círculo de amistades.
Sería horrible si no me digiera algo así.
—Paso de la nada, para serte sincera,— me encogí de hombros,— Pero fue tan mágico.
Su cara se desfiguró mostrando una mueca aterrada,— ¡TU CARA DE ENAMORADA ME DA ASCO!
Esta vez yo hice una mueca aterrada,— ¡No estoy enamorada, ridícula! Solo me gusta.
—¡NO ESTOY ENAMORADA, EL TRASERO DE ERICK!— reclamó.
Rodé los ojos,— Yo podría decir que estas enamorada de Aiden, pasas hablando de él y como es que se ven a escondidas.
Era cierto, Sarah siempre me contaba que salía con Aiden a escondidas, porque según ella la madre de Aiden no le permite tener novias. Me pareció muy extraño ya que Sarah fue a su casa a cenar y me dijo que todos quedaron encantados con ella.
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Él es Mi Idiota
Teen FictionNormal. Mi adjetivo favorito. Nunca me han gustado los cambios. Mi vida es normal, mis padres, amigos, calificaciones, escuela, todo es absolutamente normal. Pero solo bastó una persona, solo una, para que mi adjetivo favorito quedara en el pasado...