Me desperté a la mañana siguiente boca abajo, bostecé y me incorporé. Miré a mi lado y Johan no estaba.
Solo había una hoja de cuaderno arrancada y con algo escrito.
"Seguramente cuando despiertes, yo esté aún desayunando. No quise despertarte porque sé que te morirás de la vergüenza al ver a mi madre. Envíame un mensaje cuando despiertes;)"
Sonreí con ternura al ver corazones dibujados alrededor de la nota.
Abrí mi celular con mucha dificultad, aún no me acostumbraba a la luz de la habitación y tenía los ojos entre abiertos.
Pilar: Ya desperté <3
Erick: ¿Y a mi qué me importa?
Oh-oh, había escrito el mensaje en le grupo que creo Erick hace un tiempo.
Pilar: Chat equivocado:)
Sarah: >:(
Johan: Olvidé decirte que me mandaras el mensaje por privado al parecer xD
Pilar: Me mataré un día de estos.
—Buenos días,— comenta una voz femenina entrando a la habitación con un plato con tostadas y jugo de naranja.
—Ay Mariana, no debías preocuparte,— comenté enternecida.
—Me preocupo por la chica que trae vuelto loco a mi hermano,— dijo y dejó el plato en la mesa de noche. Luego de eso se fue de la habitación.
¿Soy yo? ¿O esta chica quiere que sea novia de su hermano?
Negué con la cabeza ante ese pensamiento.
Como si eso fuera a pasar.
Suena mi celular indicándome un mensaje.
Johan: ¡Mi mamá esta subiendo a mi habitación! ¡Escóndete!
Erick: ¡Aprendan a mandarse mensajes en sus chats privados!
Me alarmé y me escondí debajo de la cama con tostadas en mi boca. Se abrió la puerta y escuché pasos acercándose.
—¡Johan! ¿Qué hace esta comida aquí? — preguntó Adele.
Se escuchó como Johan llegó corriendo a la habitación,— Emh... En la madrugada me dio hambre y traje esto.
—¿Y cómo explicas las tostadas calientes? — preguntó y se sintió un silencio incomodo.
Mierda. Mierda. Mierda.
—Que... ¿Tenemos muy buen tostador? — respondió Johan.
Sera idiota.
—Ahg, como sea. Hoy no trabajo e iremos a ver a tu abuelo. Metete a la ducha y vístete bonito, dijo que tenía algo muy importante que hablar contigo.
Ella salió de la habitación y yo me levanté. Pero a los segundos, se escuchó que la puerta se volvió abrir, y me tiré al piso.
—Se me quedó mi liga para el cabello,— dijo ella y volvió a salir.
—¿Estas bien? — preguntó Johan entre risas acercándose a mi.
—No,— dije adolorida, me había tirado al suelo muy fuerte,— Mi hombro.
Johan me ayudó a levantarme y dijo,— Gracias por quedarte, pero creo que ahora tienes que irte.
Asentí,— Así es.
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Él es Mi Idiota
Ficção AdolescenteNormal. Mi adjetivo favorito. Nunca me han gustado los cambios. Mi vida es normal, mis padres, amigos, calificaciones, escuela, todo es absolutamente normal. Pero solo bastó una persona, solo una, para que mi adjetivo favorito quedara en el pasado...