Si me dieran una moneda por cada vez que he dicho "Johan, no le hagas caso" Sería millonaria ahora mismo.
—¿Acaso eres tonta?— me preguntó, molesto.
—No tanto como para no darme cuenta que estas celoso.
—¡Él claramente...! Alto ahí,— me levanta el dedo índice. Solté una risa y le acaricie la mejilla,— No me acaricies que me dan ganas de violarte.
Me reí más fuerte,— Deja de ser tan celoso. Marcus es así, siempre ha sido así. Te apuesto diez dólares que ahora mismo está con una chica.
Suspiró,— Es que... No puedo evitar verte con alguien más.
Sentí como mi corazón se estrujaba con sus palabras y mis piernas temblaban. Es imposible no querer comerle la boca,— Tu quédate tranquilo, Marcus es así y sé cómo manejarlo. Además, nunca coquetearía con un chico que no fueras tú.
Sonrió pero luego frunció el ceño,— Tu nunca coqueteaste conmigo.
Abrí la boca indignada,— Que tu no entendieras mis indirectas es otra cosa.
—Apenas entiendo matemáticas y quieres que entienda tus indirectas. Ni siquiera entiendo las directas,— se quejó.
Besé su mejilla,— Si te digo que mis labios están muy secos y necesito algo que los humedezca ¿Qué entiendes por eso?
—¿Qué quieres que te traiga un vaso de agua?— preguntó y entorné los ojos.
—Que idiota eres.
—¡No me cambies el tema!— gritó y retrocedió. Suspiré.
—¿Qué quieres que te diga?— me senté en los pies de la cama en la habitación de huéspedes,— Estoy dispuesta a responder cualquier pregunta.
Johan resopló,— ¿Quién demonios es Marcus?
Me reí levemente,— Marcus es un amigo desde pre-escolar, siempre hemos sido amigos Erick, Sarah, Marcus y yo. Marcus se fue de la ciudad apenas todos cumplimos catorce años, su padre había conseguido trabajo en otro lugar.
Hubo un silencio. Johan levantó las cejas y movió la cabeza diciendo que continuara hablando.
—¿Qué más quieres que te diga?—pregunté confundida.
—Mhm, no sé, a ver déjame pensar, ¡Ah sí! ¡¿Por qué demonios te besó los labios y la oreja?!— dijo rápidamente molesto.
—Desde los doce años Marcus les decía a todas las chicas si querían que fueran su novia. Llegó a tener diez a la vez.
—¿Ya y eso que tiene que ver con que te haya besado?
—Tiene sentido porque desde que tiene pañales ha sido mujeriego,— expliqué.
Johan se rió sarcásticamente,— ¿Y cómo puedes comprobar eso?
En menos de dos segundos, la puerta del cuarto se abre de golpe. Giré mi cuello al igual que Johan para ver de quien o quienes se trataba.
Y como si el universo por fin estuviera de mi lado. Marcus entró con una chica besándose muy apasionadamente y toqueteándose.
—Ahí está tu respuesta,— le dije apuntando a la pareja del año. Johan me dio mala cara, yo solo sonreí,— Y quiero mis diez dólares.
—¡Pilar! ¡Hola! Te presento a Jazmín,— me dijo Marcus al percatarse de nuestra presencia.
—Me llamo Jane,— lo corrigió la chica que estaba con él con un tono media molesta.
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Él es Mi Idiota
Ficção AdolescenteNormal. Mi adjetivo favorito. Nunca me han gustado los cambios. Mi vida es normal, mis padres, amigos, calificaciones, escuela, todo es absolutamente normal. Pero solo bastó una persona, solo una, para que mi adjetivo favorito quedara en el pasado...