Cap 36: Siempre has sido tú

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La policía llegó al lugar, Adele y Johan estaban expectantes a lo que pasaba.

Estaba nerviosa por lo que nos iban a decir, pero supe que todo estaría bien cuando vi salir a Mariana envuelta en una manta del auto policial.

Adele corrió hasta ella al igual que Johan. Los reporteros intentaban entrevistarla pero Johan y unos policías lo evitaban.

Entró a la casa con mi recibimiento, el de Erick y Sarah. Cerramos la puerta apenas entró y Mariana se sentó en el sofá.

Su maquillaje estaba todo corrido indicando que había llorado, su cabello despeinado y sus piernas temblando. Sus ojos estaban cristalizados y tenía la vista perdida.

—Hija,— dijo Adele con voz quebrada,— ¿Te encuentras bien?

Mariana la miró y con sus lagrimas corriendo por sus mejillas dijo,— Perdóname...

Adele la abrazó y ambas lloraban. Johan se mantenía serio pero sus ojos estaban cristalizados.

Unos golpes a la puerta llamaron nuestra atención,—Señora Thompson, necesitamos hablar con usted,— dijo un policía al otro lado.

Adele le hizo un gesto a Erick para que abriera la puerta e hizo caso. Un policía que a primera vista se veía muy imponente, entró a la casa junto a otro más joven. Le dijeron a Adele que necesitaban hablar en privado, a lo que ella los acompañó hasta a su oficina en la segunda planta de la casa.

Nos quedamos a solas con Mariana, aún se veía muy afectada. Johan la abrazó y ella apoyó su cabeza en su pecho.

—Yo... no pensé que él fuera así, yo juré que...— comenzó a decir Mariana pero Johan la interrumpió.

—No digas nada, lo importante es que estas bien.

Mi celular sonó indicándome un mensaje.

Leo: Recién vi las noticias ¿Están todos bien?

Yo: Sí, todo está bien. Mariana ya está con nosotros.

Leo: Me alegro muchísimo, diles que mañana los veo.

Yo: Ok, yo les diré. Adiós <3

Le avisé a Johan sobre el mensaje de Leo. Sonrió sin mostrar los dientes y besó la cabeza de su hermana. Ella levantó esta lo suficiente para mirarlo y dijo,— Tengo miedo.

—Yo no tienes porqué tener miedo,— respondió Johan,— Ya estas con nosotros. Ya estas conmigo.

Sonreí tiernamente y aliviada. Mariana ya estaba a salvo pero no sabíamos que le había pasado, parte de mi quería preguntarle pero otra me lo negaba. Aún se ve muy mal como para que hable de eso.

—Te traeré un vaso de agua,— dijo Sarah levantándose y dirigiéndose a la cocina.

Mariana limpió las lagrimas de sus mejillas,— Si no hubiera sido por ese chico...

—¿Chico? ¿Cuál chico?— preguntó Erick como si fuera su otro hermano mayor.

Ella suspiró,— Cuando Frederick intentó abusar de mi, un chico entró rompiendo la cerradura de la puerta al escuchar mis gritos. Él fue el que llamó a la policía y envió nuestra ubicación.

Johan se tensó,— ¿Intento abusar de ti?

Sarah volvió con el vaso de agua y se lo entregó. Mariana soltó algunas lágrimas y respondió,— Sí...

La mirada de odio de Johan al escuchar lo que su hermana dijo era impresionante, hasta daba algo de miedo.

La policía llamó a Mariana para que le dieran detalles de lo ocurrido. Ella con mucha dificultad se levantó y fue a la oficina de su madre.

Él es Mi IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora