Cap 39: El día de donar órganos

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—Mañana es el partido,— dijo Madison intentando robarle las papas fritas a Sarah.

—Erick esta muy nervioso,— dijo Sarah negándose a pasarle las papas fritas a Madison.

—Es lo más obvio. Erick no era muy bueno en los deportes, y este año raramente tiene un poco de talento,— comenté mientras jugaba con un lápiz del escritorio de Sarah.

—¡Oye!— protestó Sarah,— Más respeto con mi novio.

—Más respeto con mi novio,— la imitó burlescamente Madison mientras tomaba un peluche de Sarah.

—¡Chicas!— gritó Emily desde el baño,— Tengo un problema.

—Debes tener problemas de esfínteres, has estado como tres días en el baño,— dije.

—¿Qué pasó, Emily?— le preguntó Sarah desde el otro lado.

—Me duele el codo,— dijo y todas nos miramos entre sí. Muy confundidas.

—¿Qué?— pregunté muy extrañada acercándome a la puerta del baño.

—Amiga ¿Te golpeaste en el codo? Debes ponerte hielo si es que te duele,—le preguntó Madison.

—¡No me ha llegado el período!— gritó corrigiéndonos abriendo la puerta. Casi pálida.

Solté una risa y todas me miraron indignadas,— Tranquila, solo tienes un retraso, es normal, a todas—

—Me hice dos pruebas de embarazo, y ambas salieron positivas,— me interrumpió.

Sentí como mi mandíbula caía al suelo y la tensión inundaba la habitación.

¿Emily embarazada? ¿En qué momento? Según lo que ella y Leo nos decían, estaban esperando el momento indicado y cuando ese momento llegara, se cuidarían.

—¡¿Qué voy hacer con dos hijos?!— gritó Emily muy asustada mostrándonos las pruebas de embarazo positivas en su mano.

—¡Estúpida! ¡Que te hicieras dos pruebas no significa que tendrás dos hijos! ¡Retrasada mental!— le gritó Madison para luego lanzarse a la cama de Sarah. Al parecer estaba muy impactada con esta situación, al igual que todas.

—Ok, no entremos en pánico,— dijo Sarah muy calmada.

—¡Tengo cuatro días de retraso y me he hecho dos malditas pruebas, de distintas marcas y precios! ¡¡Y ambas marcan positivo!!— gritó Emily alterada.

—Ok, hay pánico,— agregó Sarah para luego cerrarme la boca con su mano,— Si te tragas una mosca, yo seré la primera en reírme.

—¿Y quién es el padre?— preguntó Madison.

—¿Cómo qué quién es el padre?— le pregunté indignada,— ¿Tú quién crees? ¿El espíritu santo? ¡Es obvio que Leo!— miré a Emily,— ¿Es Leo cierto?

—Sí, sí,— dijo ella mirándose el estomago,— Necesito hacerme una prueba de sangre,— tomó su mochila y asustada dijo,— Ahora.

(...)

Hoy ha sido un día muy largo, y apenas son las dos de la tarde.

Llegamos a la clínica más cercana, Emily ha estado mirando su estómago desde que subimos a taxi.

—Hola, buenas tardes,— me acerqué a la señora del mesón apenas uno entra a la clínica,— Necesito un examen de sangre para mi amiga lo más pronto posible.

La señora, con sus uñas muy largas de color rosa fuerte, comenzó a teclear en su teclado mientras masticaba chicle.

—Tiene que llenar este formulario y el médico te atenderá cuando lo termines,— dijo y me entregó una hoja con un lápiz. Asentí y me acerque a mis amigas quienes estaban sentadas en la sala de espera.

Él es Mi IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora