Él es Mi Idiota

Cap 35: Ellos son todo lo que tengo

Pilar POV

—¿Te encuentras bien?— me preguntó Madison,— Estas muy rara.

Parpadee varias veces saliendo de mi estado de shock,— Sí, estoy bien.

Era viernes, han pasado tres días desde mi discusión con Erick y Sarah y de la situación del ascensor con Johan.

Mi primo y mejor amiga han tratado de acercarse pero yo simplemente me escapo. No quiero hablar con ellos ni ahora y si es posible, nunca.

Emily, Leo y Madison están almorzando conmigo. Erick, Sarah y Johan estaban en otra mesa, se veían muy serios y varias veces desviaban su mirada hacia mí. Pero los ignoraba.

Mis amigos hablaban y hablaban cosas, pero no escuchaba nada. Aunque demostraba cero interés en vivir, durante estos días he tratado de averiguar quién diablos es Charlotte, pero me ha sido imposible porque no sé su apellido ni su apariencia.

Cambiando el tema, las clases terminaban en una hora y para este fin de semana tenía planeado acostarme en mi cama y dormir hasta el año tres mil.

Me desvelaba en las noches pensando el Erick y Sarah. Los extraño mucho y mi corazón se rompe cada vez que los veo.

Pero me ocultaron algo muy importante, y eso no se perdona fácilmente.

—Hey Pilar,— llamó mi atención Leo,— Escucha esto,— dijo mirando su teléfono,— "Pilar Evans fue la dulce chica de diecisiete años que se quedó atrapada en el elevador de las oficinas Thompson en Los Ángeles, California con el mismísimo heredero de las empresas, Johan Thompson. Lo que más nos inquieta es que el Sr. Thompson salió sin camiseta del elevador ¿Será el nuevo inicio de una romántica historia de amor adolecente para nuestro próximo gerente de las empresas Thompson?..."— finalizó con una sonrisa de oreja a oreja,— Hay más noticias sobre ti y Johan en diferentes páginas.

Gruñí,— Me mataré y ustedes pagarán mi cementerio.

—Qué cosas dices por Dios,— dijo indignada Madison,— Johan lo pagará.

(...)

—¡Mamá! ¡Ya llegué!— grité al llegar a mi casa y dejando las llaves atrás de la puerta.

—¡Estoy con tu hermana en el jardín!— contestó ella de vuelta.

Subí a mi habitación a paso lento.

Tengo flojera.

—¡¿Qué demoni...?!

—¡Cállate! ¡Nos escucharás hablar de una maldita vez!

—¡Salgan de...!—

—¡Cállate!

—¡Cállate mi trase...!—

—¡Cierra a maldita boca!

Erick me había tapado la boca con su mano mientras que Sarah estaba detrás de él cruzada de brazos. Le lamí la mano a Erick provocando que hiciera una mueca de desagrado y se limpiara en su camiseta.

—¡MAMÁ! ¡MAMÁ!— grité desesperada tratando de salir.

—Tú mamá nos dejó entrar, genia,— comentó Erick con mala cara,— Ahora escucharás hablar a tu querido primo.

—¡NO QUIERO ESCUCHARTE! ¡ESTOY MOLESTA! ¡MUY MOLESTA! ¡CON AMBOS!

—No me dejas opción....

Ok, mhm...cómo explico esto...... Me da pena hasta decirlo.

Estaba amarrada a una silla con las manos atadas en mi espalda. Tenía una cinta en mi boca y Erick y Sarah estaban frente a mí con los brazos cruzados.