¿Recuerdan cuando les dije que odiaba a mi primo? Pues, ahora lo odio más. ¿Por qué? Porque sí, fin de la discusión.
Me acabo de despertar y rezaba para que Erick no estuviera cocinando. Digamos que cuando cocina se altera mucho y deja un desastre mayor que mis ganas de matarme.
Desperté a Sarah quién estaba al lado mío de la manera más sutil posible y me dirigí a mi baño. Hice mis aseos personales y me vestí con lo primero que encontré- no entremos en detalles-
Cuando salí de mi habitación bien decidida a ir a la cocina, me topé de golpe con Johan provocándome un susto.
—Buenos días,— dijo él mientras bostezaba y luego me dio una sonrisa.
Sonreí sin mostrar los dientes,— Púdrete.
Cuando llegué a la cocina, encontré a Erick husmeando en mi refrigerador como si fuera un ratón.
Me crucé de brazos,— ¿Qué haces? — pregunté y gritó del susto.
—¡¿Quieres matarme?! — preguntó tocándose el pecho dramáticamente.
Puse cara pensativa,— No es mala idea.
—Buenos días para ti también,— dijo irónico sonreí. Me acerqué y le revolví el cabello mientras buscaba con la mirada el cereal.
Una vez lo encontré, saqué un plato y me hice un yogurt con cereal mientras que Erick tratada de no quemar la cocina al intentar hacer huevos revueltos.
Quise quedarme para ver el resultado de esos huevos pero al final me rendí y subí a mi habitación, en donde me recosté y comí mi delicioso y rápido desayuno.
(...)
—Pilar...
—...
—Pilar...
—¿Mhm?
—Pilar...
Reclamé,— Cinco minutos más.
—¡Pilar Evans, levántate ahora! — me desperté de golpe al escuchar los gritos de Sarah en mi oreja.
Me incorporé asustada y comencé a preguntar,— ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué pasó?
Me apuntó el reloj de mi mesita de noche. Asustada desvié mi mirada hacia este y miré la hora. Eran las 7:50 am, y teníamos el examen a las 8:00 am. ¡Demonios!
—Maldición, maldición, maldición,— iba tarde a la escuela, iba tarde al examen,— Maldición, maldición ¡Maldición!
Repetía y repetía mientras tomaba mis cosas para la escuela rápidamente y entrando en pánico. Bajé las escaleras lo más rápido que pude intentando no acabar con mi vida, pero en el camino me doblé el tobillo y simplemente no pude evitar la caída. Sin embargo, al caer encima de la espalda de Johan hizo que mi dolor no sea físico, si no emocional.
—¡Auch! — gritó este cayendo de cara al suelo conmigo encima.
—Eww, no me toques,— reclamé asqueada y me levanté. Fingí quitarme los gérmenes de mi ropa mientras él me mirada. Johan solo resopló y mordió su manzana saliendo de la casa.
Sarah y Erick salieron junto a él y cerré la casa con llave, entonces dije alterada,— ¡Tendremos que tomar el autobús! ¡O pedir un Uber! ¡Si no llegaremos muy tarde! ¡Corran!
Cuando me dispuse a correr, el brazo de Johan me detuvo, algo que me hizo confundirme y enojarme. Debido a mi expresión que mostraba mi odio, él solo me dio una sonrisa torcida, caminó hasta su auto, se subió y lo encendió,— ¡Vamos suban!
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Él es Mi Idiota
Novela JuvenilNormal. Mi adjetivo favorito. Nunca me han gustado los cambios. Mi vida es normal, mis padres, amigos, calificaciones, escuela, todo es absolutamente normal. Pero solo bastó una persona, solo una, para que mi adjetivo favorito quedara en el pasado...