Me enamore de la persona menos indicada. Podría haberme enamorado de cualquiera pero tuvo que ser de ella. He de admitir que su perfección me cautivo. Quizás por ello le di todo de mi...
Esta es una historia la cual vaya creciendo ira sorprendiendo...
"He despertado con sus llantos, provocan ecos por los largos pasillos del hospital. Solo se les oye a ellos... Jamás me vi corriendo por esos largos pasillos para poder llegar a socorrer a alguien con vida, a alguien que simplemente desahoga sus penas buscando el calor de sus madres, buscando esa caricia que recibían en el pasado, apoyándose en sus respiraciones suplicando en silencio un gesto amable, un beso quizás... Una palabra... Los médicos, mis compañeros esperan en la puerta de su habitación conmovidos por la escena la cual se quedara grabada en sus cerebros por siempre. Les pido paso en silencio simplemente apoyando mis manos en sus hombros, sus ojos me miran con tristeza con poca esperanza. Supongo que la que todos estamos perdiendo según pasan los meses. Me asomo por el cristal observando a mis sobrinos cogidos de las manos de Natasha y de April, las lagrimas llevan meses pegadas en sus manos, no han parado ni un solo día, nada les consuela.
Derrepente el tiempo se para a excepción de nosotros. Ades se presenta con su aroma calcinado por el fuego. Apoya su mano en mi hombro... "Ya es la hora" susurra pesándole que cada palabra... Deslizándolas..."
Quizás despierten esa es mi esperanza, pero debo ponerme en movimiento mientras, las agujas del reloj siguen corriendo atónitas y protagonistas de este momento.
En silencio me acerco a los muchachos e intento apartarlos, aquí el tiempo se para dejando que el cerebro recuerde para si las caras de los pequeños. Suplicas y gritos e intentos de soltarse de los brazos de las enfermeras. Lo ultimo que recordara mi cerebro es la mano de Máximo agarrando con fuerza la de April, esta se desliza hasta caer sin vida... El pequeño pega patadas puñetazos hasta dejar que todo lo que lleva dentro, toda esa rabia simplemente caiga en el hombro de la enfermera quien junto a el agarrándole de la cabeza se desliza hasta caer al suelo. Lloran juntos.
-Necesitamos mas tiempo Ades. -Mis palabras suenan con cierta esperanza que a decir verdad poco a poco e perdido.
-No puedo... Lo sabes Dante. -Su voz es firme pero en el fondo se que cada palabra que menciona destroza lo mas profundo de su ser...
"Quiero imaginar que si están donde yo creo... Al menos mueran abrazadas la una a la otra, con esas sonrisas que siempre las han delatado, con esas caricias que tanto cariño han demostrado, recuerden a sus hijos que aquí las esperan. Ahora ellas esperaran a los dos pequeños"
-Señor siento quitarle de sus pensamientos... -¿Y Sophie? Pregunta mi mente. -La señorita Sophie sea ido cuando nos hemos despistado. -Se lo que quiere decir eso.
Corro por los pasillos en busca de la niña, si pienso que hará lo que mi mente cree... Llego tarde.
-Sophie... -Grito sin voz.
Al llegar a los baños una oscuridad atroz se hizo con la mitad de ese pasillo, tras la oscuridad caminaba poco a poco una figura la cual al llegar ante mi... Me mostró las muñecas de la pequeña cortadas a conciencia. Mi tío las sostenía intentando que la sangre cesara. Yo simplemente no podía creer el suceso.
"La pequeña en mis manos, Ades intentando darla la vida de nuevo, yo desesperado por que Sophie reaccionara y mientras sin darnos cuenta varios ojos clavándose en nuestras espaldas. Menos unos los cuales miraban acusándonos."
-¿Por que la habéis dejado? -Máximo... pensé.
-La salvare... -Abrace su cuerpo muerto sin ningún sentimiento hacia mi persona.
-¿Como has salvado a nuestras madres? -Me señalo dando por echo... Juzgando como un verdugo al acusado el cual e mira inocente de sus pecados...
Apreté mis puños contra mis rodillas y en silencio con la pequeña en mis brazos comencé a andar hasta llegar a la habitación de mi hermana y cuñada.
-Tu hija se muere estúpida, volved de una puta vez. -Grite en aquella habitación con tanta fuerza que mis palabras chocaron contra mi... ¿Respuesta? Ninguna... Me temía lo peor...
30 DÍAS EN LA DESESPERACIÓN
"No hemos vuelto a hablar desde entonces... Solo caminamos guiándonos por nuestros ojos, se que los suyos se cansan por la ceniza la cual se clava en su pelo, en sus manos e incluso en sus labios los cuales poco a poco se van secando mostrando heridas. Me siento como estas almas muertas desgarrando la pena haya donde van sin salida, volviendo atrás para luego seguir. Mis manos llegan a un estado un tanto inusual siento calor, siento que alguien agarra mis manos pero se que no es April... Máximo... Una lagrima se desliza por mis pómulos."
-Yo también le siento... Siento su agonía, su tristeza... -"Yo también"
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