ELLA, MI JEFA YO... SU ESCLAVA.

"Sin titulo..."

-April... -Intente agarrarla. 

-No, solo te digo lo que quiero. 

Tras aquellos se marcho por la puerta dejándome con la mano tendida, esperando que quizás la cogiera. 

Me fui a despejar un poco mi mente. Lo bueno de esta casa es que el patio trasero era grande ademas de tener algún que otro utensilio el cual para despejarse venia muy bien. 

Descalce mis pies notando el dulce masaje de la hierva, a continuación me quite la chaqueta dejando mi cuerpo en tirantes, luego me puse vendas en las manos. 

Cada golpe que daba mas subía mi satisfacción, el control la desesperación habían desaparecido para convertirse en simples envestidas provocadas por mis puños ensangrentados, despellejados, goteantes de lo que antes llamaríamos sangre, ahora simple ceniza se desvanecían de ellos. Varios golpes en los que rompí mus nudillos, la cura era rápida, los volvía a colocar y como si nada hubiese pasado me enfrentaba a lo peor de mis miedos, cada imagen que penetraba en mi mente se convertía en polvo, se disipaba hasta quedarse en algo sumergido por la nada. Los recuerdos de April dejaban su marca para luego, tras el golpe, simplemente emborronarse de sangre. Como si fuera una foto ensangrentada que se agrieta y se deforma. Los sentimientos los iba apagando hasta que me sostenía en el saco, descansando mis manos, y ahí en ese momento... Volvían como puñales. 

El sol me atacaba constantemente y e de añadir que mis gafas en este momento se encontraban mojadas por los aspersores, al igual que yo. 

Golpeaba con tantas fuerzas que el saco resistía duras penas, me sentía como cuando a alguien lo abandonan en mitad del bosque, siente ese soledad, al igual que esa traición. Siente como el mundo a su alrededor se va desvaneciendo hasta convertirse en polvo, como las peores imagenes pasan por su mente continuamente y repetitavamente sin descanso, como si tu mente se quebrara en una pelicula repetidas veces. 

-Nat... para... -Aparto mi brazo deslizando sus manos por este, provocando que perdiera el equilibrio. -Basta. -Amenazo. 

No se por que lo hice, pero quizás al estar tumbada en el suelo algo en mi me convirtiera en algo que no soy, pero en cuanto su espalada choco con mi mirada, me lance a por ella. Entonces en el transcurso ocurrió algo que jamas que imagine, sus piernas chocaron contra mi cuerpo mientras su cuerpo por varios segundos se tendió en el aire hasta caer de nuevo, casi en una posición casi perfecta. 

-Te advertí que no me tocaras las narices, Nat... 

-¿Que te hizo La Normis? 

-Estoy muerta Nat... 

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