"No necesitas desaparecer hasta que necesitas marchar"

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"No puedo cerrar los ojos, me pesa demasiado ver su sonrisa, sus ojos grises mirándome como si yo fuera un regalo traído del cielo. Son tantos los recuerdos... Todas las mañanas al despertar su sonrisa se iluminaba, sus labios se movían dándome los buenos días, siempre la devolvía una sonrisa y la besaba, ella simplemente se dedicaba acariciar mi piel como si fuera porcelana. 

Todos estos recuerdos me hacen sentir un vacío aterrador, que llore continuamente por un sentimiento que aun esta lleno... Que aún duele. 

Es como si tu cuerpo se fuera quebrando poco a poco, las ganas de respirar se van acabando, como una batería. Lo peor son las ganas de vivir, poco a poco se van marchando, convirtiendo tu ser en una simple sombra desvanecida caminante de algún lugar a un por encontrar. "


No puedo decirla adiós. 


Recogí a Máximo y a Sophie como todas las tardes. Tras un cálido abrazo entre los tres me cogieron de las manos y comenzamos a caminar... Me pesaba. 

Durante el camino merendaron, yo solo sostenía mi móvil en mis manos pensando a quien llamar, a quien buscar para poder encontrar a Natasha, recuperarla, o al menos verla por última vez. Iba a mis contactos y movía los dedos de arriba a bajo, pensando, observando, buscando, planeando... Contra mas lo hacía mas las lagrimas luchaban por salir, mientras mis labios poco a poco se secaban hasta dejarme casi sin aliento. 

Era tal la angustia que incluso Sophie y Máximo preguntaron al vacío mi estado, mi mente simplemente no estaba, había por unos momentos, desaparecido de aquel lugar para sumergirme en aquel Limbo perdido, vacío y muerto. Mi cabeza era como un mapa moviéndose por aquellas calles, observaba, buscaba, recordaba... Caminaba sin descanso buscando las respuestas necesarias, que debía hacer, como debía hacerlo... Cualquier pista que debiera encontrar la analizaba con muchísimo cuidado, cualquier recuerdo, cualquier pensamiento, cualquier palabra... Lo que fuese que me diera las pistas necesarias para salvarla. 

Pasaba el tiempo con mi mente atrapada allí, mis pensamientos se acumulaban y por desgracia mi estado físico comenzaba a tambalearse. No se cuantas horas pasé allí, solo se que lo único que despertó mi trance fue una mano que al apretar mi hombro me recordó una calidez que echaba de menos, y que además de ser familiar era mi necesidad. 

Giré mi rostro observando a la mujer que me sostenía, aquella de avanzada edad que dulcemente me sonreía, y que dulcemente sus ojos me acogían. 

-Mama... -Las lagrimas se marcaban en su hombro por mi sobresalto a abrazar a un ser tan familiar y que tanto quería. 

-Cariño -Sus lagrimas se juntaban con las mías. Mis niños simplemente se alegraron tanto de verla que sus cuerpos reaccionaron de la misma manera, abrazando su cuerpo. -¿Nos vamos a casa? -Simplemente... Asentí.


19:30

Al llegar a la casa de mis padres me metí en mi habitación, las sabanas aun tenían su olor con aquel aroma me quede dormida, hasta que escuche ruido en el salón, miré el reloj y la verdad tenía hambre. 

-¿Ya te has levantado? 

-Hombre estoy aquí. -Miré alrededor intentando encontrar a los niños. -¿Donde están los niños?

-Fuera con tu padre, están jugando. -Sonreí. Mi madre me hizo una señal con la cabeza, esa señal típica de "tenemos que hablar"

Me senté en la mesa justo enfrente de ella. 

-Tenemos que hablar. -Asentí. -Bien... Dante a venido esta tarde, me ha traído varias bolsas de sangre para los niños, además de explicarme por que mi hija ya no viene, por que mi hija tiene ojeras de varias semanas sin apenas dormir, o por que mi hija llora cada dos por tres. -Hubo un silencio. -April... Lloras en sueños... -Solo había silencio. -Hija se lo de Natasha... Piensa en ella pero también en tus hijos, están aquí, y si quieres estar con ella tendrás que recuperarla, pero así no puedes seguir. 

-Lo sé. ¿Que te ha dicho Dante?

-Es dificil recuperar a los muertos pero en esta vida, en sus vidas, es... digamos mas fácil. Tendrás que tratar con la muerte. April... -Clavo sus ojos en los míos. -No quiero perderte... 

Esa misma noche después de cenar hable con Dante, todas mis preguntas fueron respondidas, además de conseguir varios datos de interés, pequeños vacíos legales en sus mundos, donde quizás si movía bien mis cartas podría recuperarla

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Esa misma noche después de cenar hable con Dante, todas mis preguntas fueron respondidas, además de conseguir varios datos de interés, pequeños vacíos legales en sus mundos, donde quizás si movía bien mis cartas podría recuperarla. 

ELLA, MI JEFA YO... SU ESCLAVA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora