Me enamore de la persona menos indicada. Podría haberme enamorado de cualquiera pero tuvo que ser de ella. He de admitir que su perfección me cautivo. Quizás por ello le di todo de mi...
Esta es una historia la cual vaya creciendo ira sorprendiendo...
Paseaba por la arena de aquel lugar, los pies se me llenaban de esta creando una y mil sensaciones desde bien estar asta incluso paz. El suave viento acompañaba mis sentimientos moviendo con dulzura mi pelo. Acariciaba mis piernas y movía levemente mis brazos.
El suave sol del atardecer calentaba mi piel provocando pequeños brillos en esta y en mi pelo. Mis ojos iluminados correspondían a los sentimientos que mi alma manifestaba.
Mi cabeza estaba tan vacía, tan tranquila...
Manifestaba tantas sensaciones que no puedo explicar, solo se que aquí me sentía bien.
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A veces el agua chocaba en mis pies provocando algún que otro escalofrío dulce y cálido. En esos momentos aprovechaba dejando que tocara mis manos, dejando que la sal limpiara partes importantes de mi cuerpo, quizás dañadas, quizás doloridas...
Podía notar el pequeño escozor de estas curas, me gustaba, me recuperaba...
POV NATASHA
-No puedes desconectarla Elios. -Relaje lo mas que pude mis puños. -La traeré de vuelta. -No estaba pidiendo permiso, mas bien exigí mi derecho a recuperar a April, Elios lo comprendió por lo que simplemente contesto asintiendo levemente. -Delcia necesito que vengas.
Delcia era un alma neutral, este tipo de almas son las pasajeras y transportistas de las almas pasajeras... Como la de April.
Si quería conseguir llegar asta ella solo tenía que hacer que Delcia me llevara, me transportara asta allí.
Mientras esperaba sentada junto a April.
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Acariciaba su mano derecha mientras pequeños recuerdos venían a mi cabeza, su sonrisa era permanente en esta, sus ojos cuando brillaban hacían que mi alma se estremeciera.
Besaba sus manos, estaba fría como el hielo ya no sentía su calidez, los latidos de su corazón eran forzosos y su respiración se tambaleaba.
-Por favor no me dejes. -Repetía en pequeños susurros acariciando sus pómulos. -Por sus manos se resbalaban mis lagrimas marcando su pálida piel, marcándola asta caer y romperse en mis pedazos, manchando el suelo, dejando constancia de que existió, dejando su marca...
-¿Desde cuando los ángeles de la muerte y de la sangre lloran? -Sus manos se apoyaban en mis hombros, notaba sus dedos huesudos enganchar mis hombros con un tanto de frialdad.
-Delcia... -Susurre.
-Así me llamo. -Atravesó mi cuerpo posándose en la cama junto a April. -¿Esta es la humana que quieres salvar? -Asentí. -Sabes que para ello pasaras por muchos mundos ¿verdad? -Volví a asentir. -Bien... si eso es lo que quieres niña...
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