Capítulo 2

3.9K 240 23
                                    

-¿Estabas embarazada?- Preguntó Valentine en tono dolorido.

-Sí, pero no quería que mi hija acabará siendo un monstruo como Jonathan, así que me fui. Me negué a que ella acabara intoxicada de tu locura- dijo con odio en los ojos.

-Siento decirte que, inconscientemente, hice de ella un experimento.

Lucian miró con odio profundo a su antiguo parabatai. Apretó los puños a sus costados y empezó a temblar.

-¿A qué te refieres?- Preguntó con miedo Jocelyn.

-Cuando estabas en esa época deprimida juré no volver a experimentar con un hijo mío. Yo no sabía que estabas embarazada, por eso cuando te vi en ese estado te mezclé sangre de ángel, durante varios días, en la comida.

Jocelyn miró a su hija pequeña que aún lloraba entre sus brazos. Soltó a la chica separándola y le susurró algo al oído. La colocó detrás suya. Clary se agarró al pantalón de su madre con una mano mientras que con la otra se limpiaba las lágrimas de la cara.

-Si yo estaba en ese estado era por tu culpa, Valentine. Convertiste a mi hijo en un monstruo. Esa cosa que está detrás de ti no es mi hijo, es el fantasma de como hubiera sido. No te quiero ver aquí ni un minuto más. ¡Largaos!- dijo sacando de su espalda un cuchillo serafín.

***

Clary, siguiendo las indicaciones que le había dado su madre un momento antes, se separó de ella y corrió hacia el exterior de la vivienda. Bajó las escaleras casi tropezándose y una vez que había llegado a la puerta huyó hacia el bosque donde trepó uno de los árboles cercanos a la casa.

***

Sebastian saltó de la ventana del segundo piso. Ni su padre ni él se esperaban que la niña se alejara de su madre y, muchísimo menos, que saliera huyendo de ese modo. Vio a su hermana corriendo hacia el bosque y la siguió. Cada vez la oscuridad era más densa y casi no podía ver nada. Sacó su estela del cinturón de armas y se hizo la runa de visión. Pensó en sacar su espada pero se dio cuenta de que su hermana se asustaría de ello así que desechó la idea. Observó todo con detenimiento intentando encontrarla sin hacer el menor ruido. Un grito se oyó cerca de él. Corrió en la dirección de este. Al llegar, vio a su hermana en lo alto de un árbol y, junto a ella, un vampiro. Jonathan sacó de su cinturón un cuchillo serafín, lo invocó, esparció agua bendita en la hoja y lo lanzó con una fuerza y precisión increíbles. El vampiro cayó del árbol envuelto en llamas. Clary, asustada, resbaló de la rama siguiendo así al vampiro al suelo. Cerró los ojos mientras gritaba esperando sentir el impacto contra el suelo. Sin embargo, notó como unos brazos la cogieron protegiéndola de cualquier daño.

Una Pequeña MorgensternDonde viven las historias. Descúbrelo ahora