Capítulo 4

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Jonathan entró en el cuarto de su hermana. Se acercó a la cama donde, además de la pequeña, se encontraba su padre.

-Padre, ¿ella se quedará aquí con nosotros por mucho tiempo?

-Por supuesto, esta es su casa, donde debería de haber crecido.

-¿Y Jocelyn vendrá?- Preguntó ácidamente. Él no sentía ningún cariño por su madre ya que ella le abandonó cuando era un bebé sin darle la menor oportunidad.

-Si quiere a tu hermana tanto como parecía, lo hará- su vista seguía fija en la niña quien dormía con las rodillas en el pecho y abrazándoselas-. Jonathan, ve a entrenar- le ordenó.

El niño asintió y se marchó. En sus siete años de vida su padre jamás le había dirigido ni una sola mirada como las que le daba a su hermana o al chico ángel. Él sabía que debía de sentirse celoso de ella pero había algo en Clary que no se lo permitía. Desde que la había visto durmiendo en la casa de Jocelyn sintió una irrefrenable necesidad de estar con ella, sintió que por fin podría haber alguien que no le odiaría, alguien que se quedaría a su lado para siempre.

***

Luke y Jocelyn habían ido en busca de Magnus Bane, conocido como el Gran Brujo de Brooklyn. Llevaban ya una hora en casa de este, quien trataba de rastrear a Clary sin éxito alguno. Jocelyn tenia los ojos hinchados de llorar y Luke la abrazaba para intentar tranquilizarla. El brujo ya les conocía. Él había hecho el hechizo por el que "Galletita", como él la llamaba, no podía ver el mundo de las sombras. El inmortal admitía, para sí mismo, que le había cogido cariño a esa niña y, a pesar del lógico pánico que sentía por Valentine Morgenstern, tenía claro que haría todo lo que estaba en su mano para ayudarla.

***

Valentine siguió acariciándole el pelo a su hija. Se preguntaba si ella se parecería en algo a él y cuales serían las consecuencias de que ella tuviera, recorriendo por su cuerpo, más sangre de ángel de lo normal. Sabía que el niño que había adoptado seis años atrás también tenía más sangre de ángel, pero la diferencia era que con él si que había querido experimentar cuando era solo un feto. Jonathan Christopher. Dos niños con el mismo nombre pero con diferente sangre. Uno de ellos era su hijo el cual tenía sangre de demonio recorriendo todo su cuerpo. Era idéntico a él, tenía el mismo pelo color platino y los mismos ojos oscuros aunque los de su primogénito eran casi totalmente negros con un pequeño iris de color plateado, además era manipulador, cruel y calculador, todo lo que él esperaba crear, sin contar con que era un excelente guerrero. El otro niño, sin embargo, era todo lo contrario. Su cabello era de un rubio intenso y sus ojos eran dorados, propios de un ángel. Su carácter era pacífico, amable, cariñoso, aunque un tanto revoltoso, y sus habilidades de combate también eran impresionantes para su edad. Él esperaba que Clary fuera como el chico ángel. No quería haber creado otro monstruo.

Una Pequeña MorgensternDonde viven las historias. Descúbrelo ahora