Una mano acariciaba con delicadeza el rostro de Clary. La pelirroja se removió incómoda por el extraño contacto hasta que finalmente abrió sus ojos, perezosa. Una sonrisa se extendió por su cara.
-¡Mami!- Gritó ella con efusividad.
Jocelyn atrajo a su hija hacia ella. Había estado viéndola dormir durante horas, culpándose por haber permitido que el monstruo de Valentine se la llevara.
-Hola mi niña... ¿cómo has estado? ¿Te ha tratado bien él?- Cuestiona un tanto vacilante.
-¿Quién? ¿Papá?
-¿Por qué no iba a tratar bien a mi hija, Jocelyn?- Preguntó el peliblanco. Estaba apoyado en el marco de la puerta, cruzado de brazos.- Buenos días, pequeña- añadió con una dulce mirada a su hija.
-Buenos días.- Dijo alejándose de los brazos de su madre para dirigirse a él.
-No creo que este sea un buen lugar para criarle- contestó Jocelyn tras unos segundos.
Valentine aupó a Clary quien enterró su cara en el cuello de él. Jocelyn contemplaba la escena incrédula. Recordaba cada detalle de aquella noche en la que él se la había llevado. Era imposible que su niña se estuviera comportando de esa forma con él, como si le quisiera.
-Hija, ¿por qué no te cambias y vas al comedor? Tus hermanos te esperan allí. Mamá y yo iremos enseguida- semi ordenó Valentine.
-Claro, padre.
La pequeña corrió hacia el vestidor. Tomó un jersey negro, unos vaqueros oscuros y unas botas de cuero negras. Se cambió rápidamente, dio un beso a cada uno de sus padres y se dirigió al comedor.
-Tienes que saber, Jocelyn, que yo no le he hecho nada malo a Clarissa no tengo pensado hacérselo. Lo único que quiero es enseñarle a ser una buena Cazadora de Sombras y no dejarle vivir una mentira como tú estabas haciendo.
-Puede que yo la haya alejado de este mundo de locos- contestó poniéndose en pie- pero a diferencia de ti yo no la he manipulado de ninguna manera para que me tenga cariño. No me mires sorprendido Valentine. Conozco a mi hija y ella reaccionaría de mil maneras diferentes antes que acercase a ti como si tuviera algún tipo de sentimiento positivo hacia a ti o como si te conociera. Deja de engañarte Valentine, nuestra hija no te quiere, solo has engañado a su mente de alguna manera para hacerle creer eso. Nada más.
El peliblanco apretó los puños a su costado. Estaba molesto. Él sabía que eso era cierto al igual que sabía que él no tenía la culpa de aquello.
-Y dime, Jocelyn, ¿quién es la culpable de que mi hija no me conozca? ¿De qué me tema?
-Tú- sentenció ella-. Si no hubiera sido por ti y tu fanatismo, si no hubieras convertido a mi hijo no nato en un demonio yo nunca me hubiera alejado de tu lado y podrías haber criado a tu hija. Podríamos haber tenido una familia... Pero tú preferiste vender la vida de tu hijo al diablo y verme a mí hundida en la miseria antes que acabar con aquella pesadilla. ¿O a caso me estoy equivocando, Valentine?- Escupió mirándole con odio.
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Una Pequeña Morgenstern
FanfictionHace cinco años Jocelyn Morgenstern huyó del Círculo y de su esposo, Valentine, junto con la Copa Mortal. Desde ese día él ha tratado de encontrar a su esposa para traerla a su lado y así obtener la Copa de nuevo. Valentine, tras tantos años de bús...