—¿Cómo lo has hecho, pequeña?
—Solo quería ayudarte, padre, y la imagen de esa runa me vino a la cabeza, ¿es algo malo?
—En absoluto, es algo totalmente maravilloso. Las runas son uno de los regalos más preciados que tenemos los nefimilims, Clarissa. Que tú puedas crearlas es un don único y especial al igual que tú.
La pequeña sonrió hacia su padre. Si aquello era algo bueno, podría usarlo en más ocasiones, ¿no? Valentine bajó a su hija de sus piernas. Ahora que sabía que el Lago Lyn era el Espejo Mortal solo necesitaba conseguir a Maellartach y ya tendría los tres Instrumentos Mortales en su poder. Tenía que planearlo todo cautelosamente. Jocelyn no podía saber nada de aquello, sabía que su esposa no estaba de acuerdo con sus ideales y con los del Círculo como cuando había sido una adolescente; odiaba tener que ocultarle sus planes. Hubo un tiempo en que ella era su más fiel mano derecha y consejera, al menos lo fue hasta que le traicionó y escapó con la Copa Mortal y su secreto mejor guardado, su hija. Él sabía que Clary iba a ser especial. Imaginaba que la sangre de Ithuriel la haría más resistente, más ágil o más fuerte pero jamás se llegó a imaginar que sería capaz de hacer algo tan sumamente extraordinario como crear runas. Mentiría si dijera que no estaba emocionado. Había creado un arma muy poderosa, incluso más poderosa que Jonathan, que le ayudaría a conseguir su meta. Había creado la balanza perfecta; un guerrero prácticamente indestructible y un pequeño ángel capaz de crear marcas. Se alegraba de haber encontrado a su hija antes de que fuera demasiado mayor, antes de que fuera casi imposible de moldear y engañar. Probablemente, si hubiera sido una adolescente, habría tenido que ingeniárselas para mostrarle el porqué era tan necesario la destrucción del submundo, habría tenido que convencerla de unirse a él. Viendo lo rápido que aprendía Clarissa, no dudaba de que pronto se embebería de todo el conocimiento necesario para ser una de las mejores cazadoras de sombras de la historia y mejor ser él quien le muestre los verdaderos ideales, que un grupo de simpatizantes del submundo. Miró a su mano derecha y se sorprendió de ver que, haya donde había estado la runa, ya solo quedaba una blanquecina cicatriz. Mejor, no sabía como podría haberla ocultado de su esposa.
Caminó junto a Clary, quien tenía agarrada su mano, hacia el comedor. Se sentó a la cabeza de la mesa y mandó traer a sus dos hijos y esposa a la estancia para la cena. Después de comer iría a su despacho y enviaría unos cuantos mensajes de fuego a sus espías en la Clave. Tenía que informarles de su siguiente movimiento. Esta vez, él ganaría la guerra.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Nota de autora
Como habéis podido comprobar he cambiado la portada de esta y mis otras historias. Quería algo sencillo pero que se viera bonito y creo que lo he logrado.
Espero que os haya gustado el capítulo. Había pensado en subir mañana dos en vez de uno debido al retraso de hoy. Hasta entonces:
¡Nos leemos!
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Una Pequeña Morgenstern
FanfictionHace cinco años Jocelyn Morgenstern huyó del Círculo y de su esposo, Valentine, junto con la Copa Mortal. Desde ese día él ha tratado de encontrar a su esposa para traerla a su lado y así obtener la Copa de nuevo. Valentine, tras tantos años de bús...