Los entrenamientos cada vez eran más complicados. Valentine se estaba asegurando de que su hija se convirtiera en una gran cazadora de sombras. Ella debía de ser más ágil y fuerte y, además, debería tener un conocimiento más profundo sobre el mundo de las sombras. Tendría que ser capaz de distinguir cada tipo de runa, arma, demonio, ataque o hechizo. Ella debería ser un signo de poder y estatus y él se encargaría de ello.
Clary luchaba contra Jace intentando cumplir con las reglas básicas de esgrima que su padre le había mostrado. Mantener el equilibrio, sujetar la espada de forma correcta y de manera que le permita no solo atacar, sino también defenderse. Las estocadas de Jace eran fuertes y ágiles, como siempre. Sus movimientos eran fluidos tanto que daba la sensación de que flotaba.
Jonathan observaba el entrenamiento deseando que su hermana le diera un estacazo en la cabeza al rubio y lo dejara en el suelo inconsciente. Él quería ser quien ayudara a su hermana en los entrenamientos pero su padre no se lo permitía. Jonathan era demasiado fuerte e impulsivo y Clary podría llegar a salir muy malherida de un combate contra él. Ella aún no estaba preparada para enfrentarse a su hermano y lo más probable era que nunca lo estuviese.
A pesar de la sangre de Ithuriel que corría por sus venas, ella no podría igualarse a su hermano. Jonathan había sido alimentado con la sangre de Lilith durante los nueve meses de gestación mientras que, Clarissa, solo había sido alimentada con la sangre de Ithuriel en los tres primeros meses. Y eso hacía muy grande la brecha entre su capacidad física y la de su hermano. Valentine sabía que si existía alguien capaz de derrotar a su primogénito lo más probable sería que fuera Jace dado que él fue alimentado con la sangre de Ithuriel durante todo el embarazo de su madre. Aun así, dudaba de que él fuera capaz de ganar a Jonathan en un combate, era demasiado bueno y gentil como para ser capaz de dar un golpe de gracia a alguien. No dudaba de que sus capacidades físicas fueran a ser extraordinarias, pero su bondad harían que estas perdieran fuerza.
Una vez hubo finalizado la práctica, Clary fue junto a su madre a darse un baño. Tenía que quitarse los restos de barro y pasto que cubrían su rostro y manos. Luego de eso, todos fueron al comedor a la espera de que la comida fuera servida. La pequeña estaba hambrienta y exhausta debido a todo el ejercicio que había estado haciendo. Se sentó a la derecha de su padre, justo en frente de su hermano. Sonrió con timidez a Jonathan y empezó a comer lo más calmada posible a pesar de las ganas que sentía de devorar el plato frente a ella. Intentó relajarse pensando en que dibujaría esa tarde en su diario y en la clase que tendría después de la comida. Era su favorita, era la clase en la que su padre le enseñaba las runas. Lo que ninguno de ellos sabía era que esa clase no era necesaria para la pequeña pues, en su destino, estaba grabado ese lenguaje incluso aunque ella no lo conociese.
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Una Pequeña Morgenstern
FanfictionHace cinco años Jocelyn Morgenstern huyó del Círculo y de su esposo, Valentine, junto con la Copa Mortal. Desde ese día él ha tratado de encontrar a su esposa para traerla a su lado y así obtener la Copa de nuevo. Valentine, tras tantos años de bús...