Capítulo 34

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Jace y Clary no se encontraban en la mansión y eso alarmó a Valentine. La noche estaba cayendo. No era seguro estar a esas horas por el bosque o cerca de este y más si había una patrulla de cazadores de sombras pululando por allí. El peliblanco se encontraba tenso en su despacho. Había tenido que sedar a Jocelyn antes de que entrara en pánico e intentara ir en busca de su hija y Jace. No era que no quisiera encontrarlos, el problema es que debía hacerlo con discreción para no ser descubierto. Quería enfadarse con los dos pequeños por haber salido fuera de los límites de la mansión pero nunca les había prohibido hacerlo. Estaba de más decir que aquello iba a cambiar.

Había tomado una prenda de ropa de cada uno de los niños para poder rastrearlos. Dibujó la runa de rastreo en la palma de su mano. Cogió la camiseta de su hija entre sus manos, cerró los ojos y se concentró. Podía ver una zona del bosque, había árboles, pequeños animales correteando por allí pero ni rastro de la pequeña a pesar de que la runa indicase que se encontraba allí. Hizo lo mismo con la prenda perteneciente a Jace y la imagen fue la misma.  

Arrojó las prendas con violencia a un lado de la sala. Si la runa de rastreo decía que sus hijos se encontraban allí tenía que ser cierto. Lo más probable sería que Clary hubiera dibujado algún tipo de runa para mantenerlos ocultos y aquello solo le preocupaba aún más. Si su hija había hecho eso, podría significar que estaban escondiéndose de la maldita patrulla. Sabía, gracias a Dieudonné, que uno de sus aliados se encontraba infiltrado con quienes buscaban algún indicio de las "actividades sospechosas" de la zona perono creía que si Jace y Clary eran interceptados un solo hombre pudiera ser deayuda.

Hugin y Munin seguían posados en el respaldar de la silla de Valentine. El peliblanco se acercó a Hugin y le mandó investigar la zona. Si él encontraba algún indicio de que sus hijos se encontraban en aquel lugar iría armado y con unos cuantos de sus hombres a por ellos. Sitenía que deshacerse de los miembros de la patrulla y malherir a su espía, loharía. La Clave no se podía hacer con dos armas tan peligrosas, aquello podría significarsu fin y la caída del Círculo. 

Una Pequeña MorgensternDonde viven las historias. Descúbrelo ahora