Capítulo 22

2.1K 151 36
                                    

-Sí, padre- dijo la pequeña tras examinar la carta de cerca-. Mamá la pintó, no recuerdo para qué o para quién. Pero recuerdo que ella me la mostró muy emocionada.

Valentine aupó a su hija, se sentó y la colocó sobre su regazo. Atrajo a la niña a su pecho y se relajó. Era increíble cómo el solo tenerla con él podía ayudarle a serenarse, ni siquiera se había dado cuenta de lo nervioso y ansioso que estaba. Clary sonrió a la vez que se recostaba sobre el pecho de su padre. Observó la carta detenidamente. Un pequeño fragmento de su madre mostrándole la carta vino a ella.

“-Es muy bonita, mami.

-Es mucho más que eso, hija. Es como una caja fuerte.

Clary miró extrañada la carta y luego a su madre. Rascó su pelirroja melena y dijo:

-Pues yo solo veo una carta.

Jocelyn rió. Miró con dulzura a su hija y volvió a enfocarse en la carta.

-Es algo más importante que una carta, cariño. Solo tú y yo podríamos romper el sello. Es nuestro deber protegerlo".

-Mamá dijo que era una carta especial- comentó jugueteando con el anillo Morgenstern de su padre-. Que era una especie de caja fuerte que solo nosotras podríamos romper el sello y que debíamos de protegerlo.

Valentine abrazó con más fuerza a su hija. Jocelyn dijo que había sido un brujo. Le había vuelto a engañar.

-¿Te dijo tu madre como romperlo?

Clary negó sutilmente. La carta, apoyada en su otra mano, la sentía realmente pesada. Soltó la mano de su padre y acarició con sutileza el contorno de la Copa. Era rugoso y afilado, casi podía sentir el tacto del oro y las gemas que la envolvían. Sin tan siquiera pensarlo apretó su palma contra la firme superficie de la carta y jadeó. Era como si en sí no hubiera nada allí, solo podía sentir la Copa.

Por otro lado Valentine miraba con curiosidad a su hija. Era como si ella hubiese entrado en trance.  Pensó que la pequeña solo dibujaba el contorno del Instrumento Mortal por admiración. El rubio seguía admitiendo que su esposa tenía un talento indudable en lo referido a pintura. La imagen de la Copa era igual a la auténtica lo que aumentaba su frustración. Estaba tan cerca y tan lejos a la vez... Entonces la vio. Clary había traspasado la carta con su manita haciendo aparecer una luz cegadora. Él no apartó la vista aún así. Estaba maravillado. Su hija poseía un don interesante y, lo mejor era, que iba a darle la Copa.

Una vez la luz se hubo extinguido el Objeto Mortal se encontraba entre las pequeñas manos de Clary. Ella lo miró asombrada.

-¿Es esto lo que querías, papá?

-Así es, hija mía. Así es- contestó besando su frente.


Una Pequeña MorgensternDonde viven las historias. Descúbrelo ahora