Capítulo 21

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Todos comían en un extraño silencio. Clary estaba sentada a la derecha de su padre como era costumbre, Jocelyn a su izquierda y a su lado Jonathan. Jace se sentó junto a la pequeña pelirroja. Por lo que había ido notando era mejor permanecer lejos de su "hermano". El rubio platino miraba molesto aquello. ¿Por qué ese impostor tenía que estar sentado al lado de su hermana y a él le tocaba estar con aquella odiosa mujer?

-Señor- dijo un hombre desde el umbral de la puerta.

Valentine frunció el ceño, molesto. Limpió sus labios con su servilleta y se puso en pie. Tomó la mano de Jocelyn y la obligó a levantarse.

-Jonathan, Jace en cuanto acabéis id a entrenar. Clarissa- dijo suavizando su tono de voz- ve a estudiar las runas donde siempre.

-Si, padre- dijeron los tres al unísono.

***

-Nunca vuelvas a interrumpir así ante mi familia Pangborn. Dirígete a cualquiera de los criados y punto. No es seguro para nosotros ni para mis hijos.

-Sí, señor- dijo cabizbajo.

-¿Qué pinto yo aquí, Valentine?- Preguntó ceñuda Jocelyn.- ¿No te preocupa que te vuelva a traicionar?

-No creo que seas tan estúpida, querida- dijo fijando sus oscuros ojos en ella-. Además, estás aquí para que me des la Copa Mortal. ¿Dónde está, Jocelyn?

-En la mesilla de nuestra habitación. Primer cajón a la derecha. Está dentro de una carta de Tarot.

-Eso es imposible, ¿cómo iba a estar dentro de una carta?- preguntó Pangborn con recelo.

-No me creas si no te da la gana. Está donde está y no hay más.

-Iré a por ella- dijo Valentine levantándose-. Una cosa más, Jocelyn, ¿cómo se supone que la sacaremos de ahí?

La pelirroja sonrió sin mostrar sus dientes. Su marido no conocía de su don ni del de su hija.

-Un brujo- mintió-. Y antes de que me lo preguntes no sé qué brujo fue. Le dije que me borrara el recuerdo de quien lo hizo.

Valentine tomó a su esposa del brazo y la arrastró consigo. Para Pangborn aquello podía sonar descabellado pero, para él, después de todo lo que Jocelyn había hecho, que pidiera a un brujo que le borrara parte de su memoria, era nada. Ambos entraron a la habitación. La pelirroja intentó zafarse del agarre de su esposo. Astiada le miró de reojo con reproche.

-Suéltame, Valentine. Me estás lastimando.

El rubio accedió a su petición. Se acercó a la mesita de noche y sacó la carta. La observó durante un par de segundos y suspiró.

-Espero que esto no sea uno de tus juegos, Jocelyn.

-No lo es. Ahí está la Copa Mortal.

-Bien- giró en dirección a la puerta.

La pelirroja le agarró el hombro deteniéndole el paso. Valentine la miró sorprendido.

-¿Puedo ir con Clary?- Preguntó casi en un susurro.

-No.- Contestó rotundo.- Ahora mismo está estudiando las runas y yo iré con ella.

***

Stamina. Iratze. Visión. Mendelin. Nix. Termis. Amissio. Rastreo. Apertura...

Clary había rellenado un montón de folios sin pensarlo. Para ella era divertido. Prefería sentarse en aquella sala durante horas que entrenar junto con sus hermanos.

-Clarissa- llamó su padre devolviéndola a la realidad.

-¿Si?

-¿Reconoces esto?- Preguntó tendiéndole la carta.

Una Pequeña MorgensternDonde viven las historias. Descúbrelo ahora