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Robin sabía muy bien ya lo tarde que era, pero necesitaba imperiosamente hablar con Jim. Ambos estaban en el comedor de la casa de Jim, conversando en torno a una copa de licor como solían hacer desde tiempos antiguos y más alegres donde el tono de voz escalaba naturalmente junto al grado alcochólico en su torrente sanguíneo. Pero ésta vez hablaban en voz baja.

- Rob, - dijo Jim - ¿qué sucede?

- Mikas, - contestó la aludida con mirada sombría - ha convocado el consejo. La reunión será pasado mañana a primera hora.

- Eso significa, que ha estado hablando con miembros del consejo. No convocaría la reunión sino creyera que tiene la mano ganada. Debe haber ganado votos adicionales.

- Así es.

- Aunque me disgusta este tipo de política, – siguió Jim - fue bueno que nosotros también hiciéramos lo nuestro.

- Sí, el peligroso juego del mal necesario, pero aún no hemos obtenido confirmaciones de nadie.

- No es fácil esperar sentados una muerte lenta.

- Necesitamos un plan Jim, no podemos permitir que Rhor caiga en un abismo de desesperación iracional.

- Si, pero ya es muy tarde, ya no podemos hablar con nadie para recaudar apoyo.

- No estaba pensando en eso, estaba pensando en negociar. La opción más difícil.

- Lo es. Por suerte Mikas nunca ha sido demasiado irracional.

- Pero Mikas, - dijo Robin especialmente pensativa, casi triste – tal vez no sea nuestro único problema. Estamos resquebrajados, no podemos luchar contra las Bestias en el exterior, porque no pudimos controlar a las Bestias que tenemos dentro de nosotros mismos.

- Todo parecía bien, hasta que las cosas se pusieron feas.

- Bueno amigo, es fácil mantener la calma en tiempos de paz y abundancia. Nos acostumbramos a lo fácil. Nos volvimos blandos y cuando cambió la marea nos quebramos y nos desesperamos, no supimos mantener la fortaleza interna.

Los dos amigos su quedaron un momento en silencio pensando en las últimas palabras pronunciadas, hasta que volvieron al tema urgente.

- ¿Y qué les piensas ofrecer Rob? - preguntó Jim.

- Lo único que queda, inmortalidad.

Afuera de los muros, una Bestia engullía el brazo de un caído.


ENTRE BESTIAS - Parte I -  Hijo del Bermellón [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora