Jim encontró a Anna en la calle observando fijamente hacia el Salón del Silencio. La luz de la Luna iluminaba sutilmente su delgada figura haciéndola parecer tan frágil como una gota de rocío sobre una hoja de Abeto. Fragilidad que contrastaba con su determinación interna y con tener que hacerles frente a las Bestias, guiando un puñado de niños hacia lo desconocido.
Jim no pudo evitar recordar a su hija cuando era pequeña. Para él ella seguía siendo su pequeña princesa. Se la recordó con su pequeño vestido de fiesta bailando con él sobre la punta de sus pies. Apartó rápidamente la imagen de sus recuerdos pues si seguía no iba a poder contener el llanto. Anna no había notado la presencia de su padre. Estaba absorta pensando sobre cuál habría sido el destino de Malcom.
- Robin me dijo, - comenzó él - que esto fue por mucho lo más difícil que había hecho en su vida, pero uno realmente no lo entiende hasta que lo vive.
Anna le devolvió una sonrisa triste a su padre.
- Aun sabiendo, - continuó - que allá afuera tendrás más oportunidades que acá dentro, una parte de mí está triste y desea que te quedes. Una pequeña parte egoísta de mí, te quiere aquí conmigo.
Anna y la niña que aún vivía dentro de ella abrazaron a su enorme padre con todas sus fuerzas. Como si pudiesen esconderse y dejar que su padre arreglase todo. Jim la abrazó de vuelta sintiendo como una estaca de pena le dejaba una cicatriz en el alma.
- Ya está, - dijo el viejo con una sonrisa avergonzada - si seguimos, no podré contenerme.
- Me preguntaba si acaso, - dijo Anna cambiando el tema - si algún día lo volveré a ver, si cruzando el Salón del Silencio y fuera de Rhor, Yo tomaré las mismas decisiones que él tomó y nuestros caminos se cruzarían. No porque tema la suerte de Malcom, sino porque lo extraño demasiado.
- Algún día hija, estarás con él. Malcom no ha muerto, es demasiado listo para eso, y sé que él también te estará buscando, y cuando se reencuentren Rob y Yo lo sabremos, y ése día les daremos nuestra bendición tal como la hemos dado hoy.
- Padre, tengo tanto miedo, no sé si puedo hacer esto.
- Puedes - contestó escuetamente Jim.
Anna recordó que su padre jamás había permitido que ella pusiera límites a sus capacidades. En ése sentido fue un poco duro, pero si las águilas no dejasen de alimentar sus aguiluchos éstos jamás superarían el miedo a lanzarse al vacío desde el nido. Cada vez que uno disfruta viendo un águila surcar lo más alto del cielo, es porque hubo un padre y madre cariñosos pero exigentes detrás.
- Sabía que dirías eso - dijo ella con una sonrisa esquinada.
- Porque es verdad y lo sabes.
- Aun así...
- A lo único que debes temer, es a no dar lo mejor de ti, a no hacer tu máximo esfuerzo. Nadie puede hacer más que eso hija, así que nadie te puede pedir más que eso. Si lo das todo, si levantas los brazos aun cuando estés cansada, si sigues incluso cuando estés desmotivada, si persistes a pesar del miedo y sigues tratando a pesar de haber fallado, entonces habrás triunfado, porque a eso vinimos a esta vida, hija mía, a hacer todo lo que podamos, nada pesa más que la sensación de no haberlo hecho.
- Lo haré padre, si algo perdura de mi recuerdo en ti que sea esta certeza: nunca me daré por vencida.
Jim sonrió satisfecho.
- ¿Recuerdas cuando te enseñé a nadar en la casa de tu abuela?
- Sí, tardaste todo un verano.
- Así es.
- Tenía tanto miedo que pensaba que era imposible.
- Pero al final era sólo eso, miedo.
- Pensaba que iba a morir - dijo ella con una sonrisa y sintiéndose un poco ridícula.
- Igual que ahora, pero no lo hiciste entonces y no lo harás ahora. Solo morirás si te rindes ante la búsqueda de la paz que te mereces.
Anna sonrió un poco. Su padre siempre sabía cómo sacar lo mejor de ella.
- Sólo actúa con inteligencia y estarás bien.
- Te quiero mucho padre.
- Yo también hija.
- ¿Estarás conmigo?
- Siempre.
Se abrazaron largamente, en silencio, padre e hija. No se contuvieron.
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ENTRE BESTIAS - Parte I - Hijo del Bermellón [COMPLETA]
AdventureSi te gustaron LOS JUEGOS DEL HAMBRE, has llegado a tu próxima adicción... Rhor está sitiada por la peor amenaza de las Tierras Abiertas: las Bestias, y se ve obligada a enviar a uno de los suyos a buscar ayuda. Pero, cuando gritas en una habitació...