Un ruido fuerte me hizo despertar de golpe. Me senté en la cama y me llevé una mano a la cabeza ya que esta me dolía a reventar.
No me acuerdo de cuanto bebí y mucho menos lo que hice, pero eso me da igual. Solo quiero dormir.
El ruido siguió sonando. Era el timbre de la casa. ¿Quién podría ser a estas horas?
Que se prepare porque de esta no se libra. Como si es Obama y quiere hacerme consejera, pero se la ha cargado.
Miré el reloj. Las 5. ¡¡Las 5 de la mañana!!
Bajé las escaleras como un zombi mutante frotándome los ojos para despertarme del todo.
Cuando llegué a la puerta la abrí y cuando vi quien era me quedé muy confundida.
–¿Elena?– pregunté.
Noté un golpe en la cabeza y lo único que pude ver fue a Elena con una sonrisa malvada en su rostro. Después, todo se volvió negro.
***
Un cubo de agua helada cayó en mi haciendo que abriera los ojos de par en par.
Un fuerte dolor ataco mi cabeza. No se si sería la resaca o el golpe que recibí hace... ¿Cuanto llevo dormida?
–¿Pmmem...?– me di cuenta de que tenía un trapo en la boca que me impedía hablar.
Miré a todos los lados y solo pude ver 4 paredes con papeles de pared desgastados de un color marrón apagado. Había una ventana muy pequeña por la que entraba una tenue luz, una puerta en el centro de una pared y una pequeña bombilla que colgaba del techo.
Yo me encontraba en una esquina, atada con unas esposas ambas manos y mis pies estaban juntos gracias a una cuerda que los unía.
Después de analizar todo lo de mi alrededor me fijé en la persona que me tiró el agua helada.
Elena estaba de pie, parada en frente de mi con un cubo negro debajo de su brazo izquierdo y el otro lo tenía en la cintura.
¿Por qué esta mujer me hace esto? ¿Acaso le falta algo o es que es tonta de nacimiento?
–Mmmmm– me quejé a la vez que me revolvía para que me soltase.
Como si me hubiera leído la mente me quitó el trapo de la boca de un tirón.
–¡¿Pero a ti qué te pasa?!– grité lo primero que se me pasó por la cabeza.
–Relaja querida, aún queda mucha noche– dijo ella mirándose las uñas.
–¡¿Pero que dices?! Anda suéltame– dije revolviéndome de nuevo para intentar soltarme pero el intento fue en vano.
–No te esfuerces cariño– dijo con tono chulo. Enserio, si pudiera saltar encima de ella y golpearla unas cuantas veces lo haría.
–¡¡Desátame!! ¡Estas loca!– dije revolviendo aún más– ¡Ayudaaa!– grité como nunca lo había echo dejando la voz en el esfuerzo.
–Grita todo lo que quieras, nadie te va a oír– dijo ella soltando el cubo a un lado de la habitación y volviendo a su lugar pero esta vez se acercó y me agarró con una mano del pelo tirando hacia tras y con otra me agarró del cuello haciendo que me faltase la respiración– Y preguntarás por que todo esto ¿no?– soltó con voz cargada de furia– Deberías saberlo– y me soltó de un tirón.
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Invisible
Teen FictionSara Blake. Una chica de 17 años con un pasado difícil y lleno de preguntas sin respuestas. Su vida dejó de ser la misma cuando su madre, Samantha, falleció en un accidente de coche. Ya han pasado once años desde su muerte y han conseguido superar...