Una tenue luz entraba por la ventana de mi cuarto. Poco a poco fui abriendo los ojos. Un olor a comida me envolvió. Mi tripa rugió dando a significar que tenía un hambre feroz. Bajé hasta la cocina dando saltos. Allí estaba mi padre, con su delantal haciendo la cocina.
— Hola papá — le di un beso en la mejilla. Acerqué mi nariz a la olla de la que venía ese olor tan rico.
— Hola, Sara. ¿Qué tal?
— Bien — hice una pausa — Huele rico. ¿Qué es?
— Aquí está el pollo, en la freidora las patatas —señaló con la cabeza a dicho aparato — y en la nevera la tarta de fresa que mamá hacía
— Si, la echo muchisimo de menos, ojala siguiera aquí — agaché la cabeza. Ya han pasado 11 años de su muerte y todavía siento que me falta algo... — Iré a estudiar
— Vale. La cena estara lista en media hora — me dedicó una sonrisa y seguidamente siguió cocinando.
Asentí y subí a mi cuarto. Miré el movil. Tenía une mensaje del grupo de Whatsaap que tengo con mis dos mejores amigos. Mery Sanders y Adam Parks.
MERY, 7:46 - Chicos. ¿Qué os parece si mañana quedamos después de clase para ir a comer?
Ellos dos me habían ayudado mucho con todo, prácticamente.
SARA, 7:48 - Sii, ¿Os parece bien en mi casa?
Enseguida contestó Adam
ADAM, 7:49 - Buena idea.
SARA-, 7:50 - Esta bien.
Después solté el movil y me puse a estudiar sociales. Al día siguiente tenía un examen y me proponía sacar mínimo un 8 en esa materia. Mas bien, en todas. Pasó media hora y bajé cenar.
— Mañana vendrán unos amigos a comer a casa, ¿te parece bien? — di un sorbo a mi agua.
— Con tal de que no ensuciéis mucho — hizo una pausa para dar un sorbo a su bebida — y también con tal de sacar muy buena nota en tu examen. Son los finales.
— Lo se papá, y no te llevarás ningún disgusto.
Desde que mi madre Samantha murió, mi padre se ha preocupado más por mi que cuando ella estaba viva.
— ¿Cuando volverás? — Mi padre marchaba de viaje a Francia por trabajo de noche. La mayoría de semanas las pasaba sola. Ya estaba acostumbrada, aunque los días que está conmigo los pasamos juntos.
— Dentro de una semana — hizo una pausa — pero si tienes algún problema no dudes en llamarme.
— Claro — seguí cenando.
Cuando ambos acabamos me ofrecí a fregar los platos ya que en menos de media hora tendría que estar en el aeropuerto.
Cuando acabé mi padre ya había metido las maletas en el coche.
— Tengo que irme, si no pierdo el vuelo — se acercó a mi y me abrazó — suerte en ese examen y en los próximos.
— Gracias, te quiero papá.
— Y yo, mi niña.
Se subió al coche y lo puso en marcha. No cerré la puerta hasta que lo perdí de vista. Eché la llave, cerré todas las cortinas de la casa y volví a mi habitación.
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Invisible
Roman pour AdolescentsSara Blake. Una chica de 17 años con un pasado difícil y lleno de preguntas sin respuestas. Su vida dejó de ser la misma cuando su madre, Samantha, falleció en un accidente de coche. Ya han pasado once años desde su muerte y han conseguido superar...