06. ¿QUÉ LE OCURRE A MERY?

5.3K 308 5
                                    

Un fuerte dolor en el cuello me hizo despertar de golpe. Había dormido en una mala postura y ahora me dolía todo el cuerpo.

Me levanté del sofá y me estiré. Llevé mi mano derecha al cuello ya que me dolía mucho. Miré la hora. Eran las 5:00 de la mañana.

Como ya me había despertado y no podría volver a dormirme, decidí salir a correr.

Subí a mi cuarto. Me puse unos leggings largos negros y un top de deporte del mismo color. Ma calcé con unos playeros de deporte blancos, cogí mi movil, los cascos y me los coloqué con una cinta en el brazo.

Me hice una coleta alta y salí a correr. Correría durante una hora...

No vas a aguantar.

¿Qué apostamos?

Helado.

Genial.

Cuando iba a cruzar la esquina en la que terminaba la calle me choqué con algo o mejor dicho, con alguien, que me hizo caer de culo al suelo.

La otra persona también calló pero pareció no haberle echo daño. Me quité los cascos.

— ¡¿Que haces aquí?! —pregunté llena de furia.

— Lo mismo que tu — dijo levantándose y teniendo su mano para ayudarme.

— Tranquilo, puedo sola — dije levantándome — Y la próxima vez, mira por donde vas — me volví a poner los cascos y pasé por su lado para volver a correr.

Sin embargo, él corrió hasta ponerse a mi lado. Me quité un casco.

— César, déjame correr en paz — dije contando hasta 10 en silencio para no saltar encima de él.

— ¿Por? Si yo también salgo a correr. Así vamos juntos — dijo él tan normal.

— No gracias — dije acelerando el ritmo para dejarlo atrás, aunque sabía de sobra que no iba a funcionar ya que en menos de tres segundos ya estaba a mi lado.

No dije nada ya que sería en vano y seguimos corriendo.

Miré el reloj y vi la hora. ¡¡Las seis y cuarto!! ¡¡Me había pasado de la hora!!

— Mierda, me voy que si no no me da tiempo a llegar a clase. Luego nos vemos — César asintió y aceleré el ritmo hasta no poder más. Llegue a casa a y veinte.

Subí corriendo las escaleras y me metí en la ducha. Después, me puse un short azul celeste, con una camiseta blanca con dibujos del mismo color que el pantalón y las converse.

Me peiné el pelo, cogí mi mochila no sin antes meter el móvil y salí de casa. Cerré la puerta y al darme la vuelta me choqué con alguien.

— Venga, te llevo, si no llegarás tarde — dijo él esbozando una pequeña sonrisa.

Me lo pensé unos segundos y luego acepté. Si iba en el bus iba llegar tarde, así que...

El camino fue silencioso, a excepción de alguna tontería que dijera Javi. Cuando llegamos al instituto me despedí de Javi, no sin antes darle las gracias por traerme.

InvisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora