Miré el reloj. Las 5:38 a.m. Me levanté del suelo.
Me acerqué a la cama para despertar a Marcos.
— Marcos, despierta — dije mientras movía su hombro.
Él de repente, me cogió haciendo que cayera en el lado contrario de la cama al que estaba. Me agarró de las muñecas y se puso encima de mi.
Se acercó intentando besarme pero giré la cara haciendo que rozara sus labios con mi mejilla.
— En ningún momento dije que quisiera hacerlo — dije volviendo a poner la cara recta — Al menos que yo recuerde.
— Te respeto, pero un beso te lo robaré — contestó quitándose de encima de mi.
— Prefiero que me robes el móvil — dije rodando los ojos y sentándome en la cama.
Marcos se volvió a poner la chaqueta del traje, cogió el maletín y salimos de la habitación.
Nada más abrir la puerta vimos a Cristina retocándose los labios.
— ¿Listos? — preguntó y asentimos.
Salimos del edificio por donde habíamos entrado pero cuando pasamos por la sala de los armarios con armas no pude evitar oír un pequeño fragmento de una conversación.
— Jefe, vamos muy atrasados, necesitamos más tiempo — dijo la voz femenina que reconocía de la otra vez.
— No hay más tiempo — contestó una voz familiar, la del tal Matt — Espabilar y conseguiréis llegar a tiempo.
Entonces, Matt es el jefe pero luego esta la jefe... ¿Quién coño es? Y encima sería la jefa no la jefe... ¿Es un acertijo o que?
Nos subimos al coche y pusimos rumbo de nuevo al campamento.
— ¿Qué vais a hacer con el dinero? — me atreví a preguntar.
— Guardarlo — contestó el chico — Y rellenar todo lo que quedó vacío.
— ¿Y tú donde pasaste la noche? — le pregunté a la morena.
— Digamos que lo pasé bien — dijo mientras reía.
Si es lo que pienso no tiene nada de gracioso. Sinceramente me parece repugnante.
En el resto del camino nadie habló. Llegamos a la verja y la atravesamos por el mismo agujero.
— Sara — me llamó la chica antes de que caminara hasta mi cabaña — Gracias, enserio, nos has salvado de una buena.
Yo solo me dediqué a sonreírle por unos segundos y después comencé a andar.
Abrí la puerta y la cerré despacio para no despertar a Dylan. Se veía que dormía profundo.
Me quité el maquillaje — el cual se había corrido entero — y me cambié a una ropa más cómoda.
Saqué un papel y un bolígrafo y empecé a apuntar nombres. Matt, La jefa, el rubio, la chica... Sí, se que no aclara mucho pero es lo único que sé. Y luego lo que quieren hacer. Secuestro con asesinato, según ponía aquella hoja que cogí.
— ¿Qué haces?
Pegué un salto. Estaba tan concentrada que no lo oí acercarse.
— Intentar que esto tenga sentido.
Cogí un hilo rojo que había traído — por si se me rompía algo — y fui uniendo los papeles cortados.
— Te lo resumo. Perseguía a una niña por la calle porque le quería dar su unicornio el cual había perdido en una comisaría. La seguí hasta un callejón en el que no estaba. En este había una puerta. Entré y escuché cómo hablaban de un plan — me levanté y busqué en el bolso el papel del "PLAN PRINCIPAL" que había cogido. Cuando lo encontré lo puse en la mesa — Y esto es lo que conseguí de ahí.
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Invisible
Teen FictionSara Blake. Una chica de 17 años con un pasado difícil y lleno de preguntas sin respuestas. Su vida dejó de ser la misma cuando su madre, Samantha, falleció en un accidente de coche. Ya han pasado once años desde su muerte y han conseguido superar...