– Sé que quieres dormir pero es tarde. Tenemos que irnos.
Abrí los ojos poco a poco. Marcos estaba sentado en un lateral de la cama mirándome.
– ¿Qué hora es? – pregunté con la voz ronca de dormir.
– Las 9 – hizo una pausa – Venga, Cristina nos está esperando.
Se levantó, se puso la camisa y cogió el maletín. Yo fui al baño a lavarme la cara y seguido me puse los tacones. Salimos de la habitación.
Caminamos hasta las escaleras y comenzamos a bajarlas. Pero antes de salir del edificio nos cruzamos con Matt.
– Disfruta del dinero – dijo manteniendo contacto visual con Marcos. Luego me miró a mi – Sara. Espero verte pronto... – ¿como coño sabe mi nombre? – ...preciosa.
Este tipo me ponía los pelos de punta. Tenía algo que no me gustaba.
Es un traficante seguro. O mejor, un secuestrador.
No exageres...
No exagero. Puede que la próxima seas tu.
Marcos asintió. Después caminamos hasta el exterior. Fuera nos esperaba Cristina con el móvil en la mano.
– ¿Noche loca? – dijo Marcos nada más llegar a su lado.
– Casi – contestó – El rubio se fue antes de lo previsto.
Elevé las cejas. Y ella me miró con cara de "¿qué pasa?"
Nos subimos al coche y el chico nos llevó hasta casa. Nada más entrar, mi padre, quien estaba en el salón junto a su prometida vino derecho a nosotros.
– ¿Dónde estabais? – dijo enfadado – No cogías el móvil.
– Te dije que íbamos a llegar tarde – respondí con el tono de voz calmado.
– Si, pero no a las 10 de la mañana – soltó un suspiro – La próxima vez aclárame la hora. No quiero asustarme por nada. No es agradable.
Me abrazó.
Katy le dijo algo a Cristina que la descolocó. Lo supe por su cara.
– ¿Y ese maletín, Marcos? – le preguntó.
El chico abrió los ojos más de lo normal al no esperarse esa pregunta.
– ¿Esto? Pues... – dijo nervioso y como no quería que la cagase después de todo contesté yo.
– Es mío – se lo quité de las manos – Son papeles de la universidad. Ya sabes, todo ese rollo que hay que rellenar... – puse los ojos en blanco.
– Está bien – miró a Katy y después a nosotros tres – Le diré a Inés que prepare algo para que desayunéis.
– Gracias papá, pero no me apetece nada.
– Genial, darme la ración de ella – Marcos me señaló y seguido entró en la cocina junto com mi padre y Katy.
Subimos hasta la tercera planta.
– ¿Dónde piensas guardarlo? – me preguntó mientras miraba el maletín lleno de dinero.
– En un lugar seguro – contesté con obviedad.
Entré en mi habitación y cogí la llave del otro cuarto.
– ¿Me piensas seguir a todos lados de ahora en adelante? – me volteé para verla.
– Hasta que no vea cómo lo guardas no me iré – se cruzó de brazos.
Rodé los ojos y me dirigí a la otra habitación donde posé el maletín. Obviamente no dejé entrar a Cristina lo que hizo que me mirara mal. Seguido se marchó.
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Invisible
Teen FictionSara Blake. Una chica de 17 años con un pasado difícil y lleno de preguntas sin respuestas. Su vida dejó de ser la misma cuando su madre, Samantha, falleció en un accidente de coche. Ya han pasado once años desde su muerte y han conseguido superar...