42. SUERTE

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Observé a mi alrededor. Habían montado un circuito en el que había una red, una zona de barro, ruedas viejas y palos de madera formando túneles.

Entonces nos explicaron de que la pareja que hiciera el circuito y se llevara el mejor tiempo le darían comida para tres días.

Los demás se llevarían una pequeña ración para un día lo que significaba que quien ganara se salvaba de hacer estas cosas.

Comenzaron con la cabaña numero 1. Entonces, tras unos minutos viendo como la gente salían embarrados vi llegar a dos personas.

Cristina y César.

Iba a apartar la mirada pero cuando vi la cara del chico algo en mi se activo.

No estaba bien, definitivamente. Estaba serio, muy serio, tenía una cara larga, caminaba cabizbajo... No había que ser experto para saber que algo le había pasado y no era bueno.

Tenía que hablar con él. No estábamos bien, de hecho, temía que lo nuestro se acabase pero verle así me rompía más el corazón.

Ahora en el circuito estaban Marcos y Danielle que hicieron buen tiempo pero César y Cristina lo superaron. Entonces nos tocó a nosotros que nos quedamos a dos segundos de ganar.

A pesar de que éramos pocos nos llevó casi toda la tarde hacer todo ese rollo de circuito. Por suerte no acabamos tan embarrados de barro como las demás personas.

Fuimos a que nos dieran la comida y volvimos a las cabañas. Nos duchamos y después cenamos.

Entonces le conté a Dylan lo que había pasado entre César y yo. No entré en detalles básicamente porque todo se torció en cuestión de tiempo.

— Pero iré a hablar con él en cuanto sepa lo que voy a decirle — dije terminando de contarle todo.

— ¿Todavía no? — preguntó a lo que yo negué.

— De momento solo tenía pensado decir: César, tenemos que hablar, y que lo demás fuera sobre la marcha — expliqué — Porque otra cosa no se me ocurre.

— Yo que tu tendría un plan B — dio un sorbo a su agua — Las cosas se podrían complicar en cuestión de segundos.

— Tienes razón — hice una pausa — Cambiando de tema, ¿conseguiste que tu tío nos dejara salir antes?

— Sí — dijo y sonreí — Nos deja irnos el domingo.

Vale, dentro de 4 días. Creo que podré soportarlo. Creo.

Recogimos una vez que terminamos de cenar. No era tarde pero estaba bastante cansada así que me eché en la cama.

— Anda, Dylan — dije viendo como el chico se cogía una manta y caminaba hacia el sofá — Los sofás no son cómodos, te lo digo por experiencia — repetí lo mismo que dijo él — Ven.

Él vaciló pero lo hizo. Se tumbó a mi lado dejando la manta a un lado de la cama. Se puso de lado para quedar frente a frente.

— ¿Estás segura?

— No estamos haciendo nada malo — dije con toda la razón — Solo quiero que estés cerca — El sonrió de lado — Me siento mejor.

Me abrazó y no tardé nada en dormirme.

***

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