– Desperté en la negrura del ataúd. No sabía que estaba pasando y recordé que habíamos tenido un accidente. Enseguida me preocupé. No sabía dónde estaba y entonces pedí auxilio – comenzó contando y a medida que hablaba mis ojos se abrían cada vez más por el asombro – Una hora después, casi apunto de quedarme sin oxígeno alguien me sacó de la tumba. Sin embargo, me alarmé demasiado al ver quien me había salvado. Llegué a querer volver a encerrarme en el ataúd. Me disparó en el hombro haciendo que me desangrara y quedara inconsciente...
– ¿Quién te disparó? – le interrumpí.
– Un hombre... Matt, se llamaba – me quedé sin habla – Le recordaba del instituto pero a penas le conocía – hizo una pausa antes de proseguir – Me llevó a un lugar aterrador. Una fábrica a punto de caer en medio de la nada. Me ataron a una silla y entonces me recibieron más personas. Todos me conocían. Todos sabían quien era, a qué hora salía de casa, a qué colegio ibas tú y en que trabajaba tu padre... Me aterró cuando me lo contaron todo.
Estaba alucinando. ¿Matt Stones conocía a mi madre?
– Tras días allí atrapada, sin agua ni comida, por aquel sitió pasó la persona que mas me odiaba en el mundo. Elena Coleman – nada más oír su nombre un escalofrío me recorrió de pies a cabeza.
– Me secuestró... – le dije recordando aquella horrible pesadilla.
– Lo sé – contestó y la miré con los ojos muy abiertos.
– Esa mujer me odiaba desde el instituto por haberle "quitado" a tu padre – hizo comillas con los dedos mientras hablaba – Tu padre salía con ella en el último curso pero nos conocimos y se enamoró tanto de mi como yo de él. Elena no se lo tomó bien y me echó la culpa. Desde entonces me guarda un rencor que creo que nunca desaparecerá.
– No lo entiendo... Es inútil odiar a alguien por quitarle el novio... Y encima del instituto.
– Era diferente, Sara – me cortó – Elena estaba embarazada.
Mi boca formó una perfecta "o".
– ¿Abortó? – pregunté y ella negó.
– Por eso tuvimos tantos problemas. Me amenazó de muerte... Y me habría matado si no hubiera sido por tu padre. Ninguno sabía que hacer. Él no quería seguir con Elena pero al estar ella embarazada le obligaba a quedarse. Sin embargo, hablaron con sus padres y acordaron separarse con la condición de que no se volverían a ver en la vida – cada vez alucinaba más – Pero ella seguía pensando que si yo no hubiera aparecido ellos no se hubieran separado. Así que la pagó conmigo... Y contigo – elevé las cejas – Ella fue la que chocó con nuestro coche...
El mundo dio vueltas a mi alrededor. Esa mujer era un psicópata. Si se me pusiera delante podría aplastarle la cabeza fácilmente. Ella fue la causante de que mi madre se separara de nosotros por más de 11 años. Juro que no va a vivir para contarlo.
– Cuando estaba en esa fábrica me torturó... Casi me hizo desear que me matara pero decidió hacer un trato. Me dejó marchar con la condición de no volver aquí.
Tragué duro.
– ¡¿Te mantuviste en otro lugar todo este tiempo?!
– No, exactamente. Los primeros meses me fui del país pero no podía soportar la idea de no veros... Por eso cambié de aspecto y volví. Pagué a alguien para que se hiciera pasar por mi ya que sabía perfectamente que me observaban pero fui más lista que ellos y los despisté.
– ¿A quién te refieres?
– A los secuaces de Elena. Parece que son una cutre banda de cinco personas, pero no... Hace tratos con cientos de traficantes de otros países. Podría decirse que es un pez gordo por el que matarían si hubiera una recompensa.
Y pensar que cuando fui a presentarme a su casa la tomé por una persona agradable.
Y cuando me secuestro. Tendría que haber sido más lista, armarme de valor y haber aprovechado aquel momento para darle su merecido...
– Te fui a ver – sonrió – A ti y a tu padre. De hecho pude verte crecer... Te observaba desde las sombras porque sabía que si me acercaba mucho a ti podrían descubrirme. Y no veas las ganas que pase de ir corriendo hacia ti y abrazarte. Sufría en silencio. Y me mataba la idea de que pensaras que estaba muerta y que nunca más volvería a hablar contigo – lágrimas recorrieron sus mejillas – Vi como entrabas por la puerta del instituto en tu primer día y pude apreciar la primera vez que te enamoraste – sonreí a punto de llorar – Siento que fui afortunada por haber podido presenciar aquellos momentos – hizo una pausa larga – Pero como dicen, todo lo bueno se acaba.
Apenas podía asimilar todo lo que me decía. Parecía fruto de un sueño pero estaba segura de que no lo era.
– Vi hasta cuando te secuestró y entonces no pude evitarlo. Conseguí que te dejase ir.
– ¿Cómo lo hiciste?
– Logré hacer un papel pasándome por uno de sus compradores más importantes. Me había informado mucho y casi podía decir que lo sabía todo de esa mujer y de su vida... – aclaró – Le dije que debía de estar al día siguiente en Mexico por lo que tendría que coger un vuelo lo más rápido posible. Por eso te soltó.
Cada vez flipaba más.
– Fue entonces cuando me descubrieron y comenzaron a perseguirme. No sabía que hacer y entonces pensé que igual tu podrías ayudarme... – fruncí el ceño – El unicornio. Lo habías perdido en el accidente y Elena lo había cogido. Me lo había dado como un "recuerdo de ti". Entonces se me ocurrió dejártelo, intentar que recordases aquel día, que te acordaras de mi – sonrió levemente – Por un momento lo hiciste pero no lograste armar todo el puzzle. Después fue cuando Elena te trajo hasta aquí.
Me declaro una imbécil total. En ningún momento me paré a pensar quien había podido dejarme el peluche que había perdido... Si me hubiera dado cuenta, igual no estaría en esta situación.
– Pero no lo entiendo... Una niña se lo había dejado en la comisaría, intenté devolvérselo pero no pude. Después la vi, corrí hacia ella pero desapareció y fue cuando descubrí un tipo de "secta" que organizaba un secuestro con asesinato. Luego...
– Espera – me paró – ¿Dónde fue eso?
– En el centro... Justo debajo de un casino. El plan lo llevaba a cabo "la Jefe". Conocí a todos los de esa banda menos a esa persona – mi madre abrió los ojos completamente.
– Sara, "la Jefe" es Elena. Descubriste su plan.
Respiré hondo. Entonces todos aquellas personas; el rubio, el chico con tatuajes, la chica dura y Matt... ¿Sabían que yo era el objetivo?
De pronto, el dolor de la cabeza volvió a atacarme con mucha más fuerza. Estaba a punto de desmayarme.
Y entonces lo recordé. Había llegado aquí por un accidente provocado. Y lo peor, no estaba sola en el coche. Una sensación de incomodidad invadió mi cuerpo.
– Mery y Adam...
– ¿Qué?
– Alguien de los de ahí a fuera chocó un coche contra el nuestro – la miré con una mueca de dolor – Así me trajeron... Adam y Mery estaban conmigo en aquel momento.
Gruñí. Como les haya pasado algo...
La molestia en la cabeza fue perdiendo intensidad hasta el punto en el que podía pensar con claridad y unos minutos después, una bombilla se encendió en mi mente. Si hacía memoria casi podía acordarme de la última foto que le había hecho a la pizarra de aquel lugar... con la casa donde se iba a realizar todo.
– Creo que sé donde está la salida.
♥️
Feliz San Valentín🌹
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Invisible
Teen FictionSara Blake. Una chica de 17 años con un pasado difícil y lleno de preguntas sin respuestas. Su vida dejó de ser la misma cuando su madre, Samantha, falleció en un accidente de coche. Ya han pasado once años desde su muerte y han conseguido superar...