28. MARQUEE

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- Inés, necesito que elijas - dije acercándome a ella - Por cierto, huele muy bien.

- Gracias, amor - dijo sonriendo - ¿Qué necesitas?

- ¿Vestido o pantalón? - dije mostrando ambas cosas.

Ella arqueó una ceja para después reír.

- ¿Estás segura de que quieres que te aconseje yo? - preguntó encendiendo el horno.

- Eres la única que puede ayudarme - dije encogiéndome de hombros.

- ¿Y Katy?

- No hay tanta confianza - contesté negando.

- ¿Cristina? - preguntó mientras me miraba. Yo la miré con cara de: ¿estás de broma o qué?

Ambas reímos.

- ¿A dónde vas, querida? - preguntó volviendo a su trabajo.

- A una discoteca - hice una pausa - Es de las buenas - me apresuré a decir.

- En ese caso el vestido - dijo asintiendo - Elegante y cómoda - asentí.

- ¡Gracias! - dije y subí a mi cuarto.

Dejé la ropa encima de la cama. Entonces alguien pico a la puerta.

- ¿Quién es?

- La mejor entre las mejores.

- ¿Qué quieres, Cristina? - pregunté acercándome a la puerta y abriéndola.

- Que te quites de mi vista - dijo sonriendo falsamente.

- ¿Y si quieres eso para que vienes a molestarme? - dije con demasiada obviedad.

- Necesito un favor - dijo ahora con cara de ángel.

- ¿Y tu crees que te voy a ayudar? - solté una risa seca.

- No - dijo - Pero igual cambias de opción.

- Te escucho - me crucé de brazos mientras me apoyaba en el umbral de la puerta.

- Tienes que hacerte pasar por la novia de Marcos - dijo seria.

- ¡¿Qué?! Ni de broma - dije negando.

Con el asco que me da y tengo que pasarme por su novia. Ni en sus sueños.

- Venga. Es un tema serio. Se trata de dinero.

- ¿Cómo de dinero? - pregunté muy confusa.

Puede que Cristina sea una perra y todo lo demás, pero no me imagino que esté en problemas de este tipo.

- Ahora no te puedo explicar. Pero por favor, tienes que ayudarme - dijo ya casi suplicando.

- ¿Por que no lo puede hacer alguna amiga tuya? - pregunté.

- No se pueden enterar. Si no se enteran hasta en China - dijo rodando los ojos - Pero se que tu no dirás nada.

- Me lo pensaré - dije soltando un suspiro.

- Gracias - dijo abrazándome. Enseguida me soltó - Quiero decir, avísame - se aclaró la garganta y se fue escaleras abajo.

Esta tía es mas rara que el rey de los raros.

¿Qué que voy a hacer? Ni idea. ¿Cómo me voy a hacer pasar por la novia de ese memo? No, gracias. Prefiero casarme con un asno.

InvisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora