CAPITULO 36 Criaturas celosas.

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---Nowaki---

Hiroki miraba con amor las cosas que le dimos.

Luce tan hermoso en su cuello.

Él sonríe mientras Saori toma su mano.

-Mami, ¿podemos comer pizza?

Mi amado me miro y le sonreí.

-S-Supongo que sí.
-Wiii. –sonrió.

Caminamos hasta mi auto y nos subimos.

No puedo dejar de verlo.

Esos ojos que me miran con un brillo singular.

Su sonrisa hermosa.

Sus mejillas sonrojadas.

Y su voz angelical.

Sin duda alguna...

Es mi lindo angelito.

-Y luego la maestra que dijo que mi dibujo era el más bonito.
-¿Enserio?
-Sí, y me dio una estrellita en la frente.
-Me alegro mucho por ti mi niña.
-Y me dejaron escribir acerca de mis papas.
-Wow.
-¿Puedo hablar de ti? –pregunto mi hija.
-Claro hija, ¿Qué quieres que te cuente?

Empezaron a charlar sobre el trabajo de Hiroki y los miraba por el espejo retrovisor.

Esta podría haber sido nuestra vida.

Nuestra familia.

Si no nos hubieran separado.

Tal vez estaríamos en el abismo o aquí con los humanos.

Pero debo enfocarme en el presente.

Y recuperar a mi familia.

No permitiré que Zeus les haga daño.

Lo venceré y pagará todo lo malo que hizo.

Él no es un ángel.

Ese hombre debe ser un demonio.

Ni yo poseo tanta maldad.

Maldito infeliz.

Respire profundo y me estacione.

Los tres llegamos a una mesa y pedimos dos pizzas familiares.

-¿No crees que es mucho? –pregunto mi amado.
-No, si sobra se lo llevaremos a Artemis y a Ryu.

Hiroki se quedó serio un momento y luego reacciono.

-Se ve delicioso. –probo un poco.
-Te ensuciaste. –sonreí.
-¿Dónde? –me miro.
-Aquí. –limpié su mejilla con mi pulgar y luego lo lamí- Tienes razón, es delicioso.

Mi lindo angelito se sonrojo mucho y desvió su mirada.

Sonreí ante su reacción y seguimos comiendo.

-Nowaki.
-¿Sí? –lo mire.
-¿Cómo te va en tu trabajo?
-Excelente.
-M-Me alegro.

Él se levantó diciendo que iba al baño pero al dar un paso se tambaleo y con mi rapidez sobrehumana lo alcance a tomar entre mis brazos.

-Hiroki. –lo mire preocupado.
-E-Estoy bien, -susurro- solo me maree un poco.
-Lo mejor es que vayamos al doctor. –pase mi brazo por su cintura.
-No es necesario. –sonrió.
-Pero mamá, no quiero que te enfermes.
-Estoy bien, solo que, -nos miró- es normal porque estoy embarazado.

Esa palabra se clavó tanto en mi pecho y siento que las fuerzas se me van.

-¿U-Un hermanito? –tartamudeo Saori.
-Sí mi niña, -se acercó a ella y beso su frente- tendrás un hermanito dentro de unos meses.

Un bebé...

De ese hombre.

No puedo creerlo.

Pero...

Lo mire y lo abrace.

-¿Nowaki?
-Por favor, permíteme estar un momento así.

Aspiro su aroma y trato de tranquilizarme.

No puedo rendirme.

A pesar de que esperas un bebé de otro.

Mi amor es tan grande que no puedo dejarte ir.

Así que perdóname mi amor, pero luchare por tu amor.



---Ryu---

A pesar de que las sombras son muy fáciles de matar.

Siguen apareciendo más y más.

De un momento a otro el lugar se va volviendo más oscuro.

-Ryu.
-Renzo. –murmure.

Siento como su espalda choca con la mía y toma mi mano.

-No te apartes de mi lado.
-¿Qué está pasando?
-Ryu, voy a crear un portar, vete.
-No lo haré sin ti.
-No podemos irnos los dos.
-Pero Reizo...
-Confió en ti.
-No quiero, no quiero dejarte.
-Ryu...
-Jojo, ¿muestra de amor? –rio un hombre.

Esa voz de nuevo.

De un momento a otro una gran ventisca comienza a atacarnos.

Renzo me abrazo cubriéndome con su escudo.

-Maldición, no son sombras cualquiera.
-¿De qué hablas?
-Son de...
-Mías. –susurro la misma voz.

La ventisca había desaparecido, nos hallábamos en un lugar raro.

Todo estaba iluminado por velas.

Enfrente de nosotros había un trono rojo.

-¿En dónde estamos? –pregunte.
-Esto es conocido como el segundo infierno.
-¿Qué? –exclame.
-Es reinado por Zerth.
-O mejor conocido. –se apareció un hombre pelirrojo con una gran espada y una sonrisa sádica- Como Ares el dios de la guerra.

No puede ser...

Pero se supone que Ares era el papá del gran Nowaki.

Esto es confuso y...

-Tranquilo angelito, -comento esa criatura- adopte el nombre de mi padre, ya que herede todo su poder.

Acaso...

-Sí, leí tu mente. –se carcajeo.

Renzo se colocó frente a mí.

-Aunque trates protegerlo él es mío.
-¿Qué?
-Me gustas angelito, y he decidido que serás solo mío.
-Sobre mi cadáver. –gruñó Renzo.
-Será un placer.
-Renzo.
-Por el poder que me ha sido encomendado, yo abro este portal para proteger a lo que más quiero, solo pido un rayo de luz para realizarlo.
-NO LO PERMITIRÉ. –gruñó ese demonio y desenvaino su espada.

Un portal se abrió y Renzo de un movimiento me empujo en él.

-¡¡¡RENZO!!!
-Confió en que me ayudarás a tu manera.

Mis lágrimas comenzaron a caer y estire mi mano tratando de alcanzarlo pero no podía.

-RYU ERES MÍO. –grito ese ser.

Al abrir mis ojos me encontrar en un parque.

¿Dónde estoy?



---Shinobu---

He charlado con Lee, le conté todo acerca de mí.

No sé qué tiene ese humano que se dio cuenta que no era como él.

Pero, no se asustó.

Me abrió las puertas de su casa.

Le conté sobre mi embarazo y lo que pensaba.

Casi me golpea.

Me hablo como nadie lo había hecho.

Me hizo entender que este bebé no tiene la culpa de nada.

Que debería de darle una oportunidad.

Y eso hago.

Siento el calor.

Sus movimientos.

Esto es tan extraño.

Pero me agrada.

Estoy feliz de haber conocido a Lee.

Sin él tal vez yo...

Acaricio mi vientre y dejo que las lágrimas empiecen a caer.

-Lo siento amor, no sabía lo que decía.

Tanta razón tenías Miyagi.

No debí pensar de esa forma.

Él no tiene la culpa.

Le daré todo el amor.

Espero que Miyagi aún siga queriéndome.

Bajo las escaleras y veo al ángel que me intento atacar.

Sostiene a Lee con amor entre sus brazos y lo besa apasionadamente.

Ahora entiendo porque su reacción.

Ese ángel estaba celoso.

Supongo que así es el amor.

-¿En verdad me amas? –pregunto Lee.
-Con todo mi corazón.
-Artemis.
-¿Aceptarías ser la pareja de este ángel enamorado?
-S-Sí. –sollozo Lee.
-No llores amor, -limpió sus lágrimas- te amo, eres mi vida entera y quiero que siempre sea así.

Sonreí y subí de nuevo las escaleras.

Es un hermoso amor.

Tan puro y tierno.

Tengo envidia.

Porque yo deje que Yuzuru me alejara de mi hogar.

Si hubiera escuchado a Miyagi.

Todo sería diferente.

Pero por algo pasan las cosas.

Supongo que estoy aprendiendo mi lección.

Así que...

Espero Miyagi venga por mí.

Lo extraño mucho.



---Akihiko---

Legue a tiempo a la casa y empecé a preparar el postre favorito de mi amado.

Quiero verlo y decirle lo mucho que lo amo.

Es mi niño hermoso.

Somos la pareja perfecta.

Termine de preparar algunas crepas de chocolate y un flan napolitano.

Me dio un baño y me coloque mi traje negro.

Hoy es el mejor día.

Hoy cumplimos un año más de noviazgo.

Lo amo.

Escuche que la puerta se abrió y camine a la sala.

-¿Akihiko? –se sorprendió.
-Hola amor. –lo bese.

Huele muy bien.

Como a vainilla.

-¿Qué tal tu día?
-Perfecto.
-¿Te divertiste con nuestra hija?
-Sí, -sonrió- te manda saludos.
-Espero que algún día salgamos como familia.
-Yo igual, -suspiro- me iré a dar un baño.
-Te espero. –lo bese.

Vi que dejaba algo en la repisa de los libros y se subió a la habitación.

Me ganaba la curiosidad de saber que había dejado.

Así que camine y tome el marco.

Al voltearlo vi una foto.

En la foto salía mi amado Hiroki vestido de una forma que lo hacía ver como un hermoso ángel, en medio una niña peliazul de ojos color chocolate, como los de Hiroki, si no fuera porque siempre ha estado conmigo, esa niña parece como si fuera su hija y... en el otro extremo es Kusama, ese peliazul con él que tuve conflicto en la forma de mirarlo.

Esa foto es como si fuera una familia.

Pero...

¿No me dijo que el padre de la niña estaba ocupado?

Entonces...

¿Por qué me mintió?

Saque la foto del marco y la voltee.

Con una letra perfectamente hecha estaba escrito.


Papá, mamá y yo... Un día en el acuario, primera cita


Será que...

No quiero pensar cosas demás.

Pero esto es algo sospechoso.

¿Por qué no me lo dijo?

Coloque la foto de vuelta en su lugar.

Siento que mi estómago se revuelve ante el pensamiento de que ese hombre me lo quite, que ellos tengan...

No Akihiko, no pienses eso.

-Ya termine, -comento- huele muy bien.

Lo mire y tenía un medallón dorado en su cuello.

Me acerque a él y lo sujete.

-¿Esto?
-M-Me lo regalaron.
-¿Quién?
-...
-Hiroki.
-...
-¿A quién viste?
-A-A Saori.
-No me mientas por favor.
-Es la verdad yo...

Le mostré la foto.

-Eso...
-Hiroki.
-Llego de repente y entramos los tres.
-¿Pues aquí parece una cita?
-Akihiko.
-¿Te viste con él hoy?
-Yo...

Vi que en el medallón decía su nombre y al reverso dos inicias.

N y H

-Es el colmo. –rechine los dientes.
-¿Qué ocurre?
-¿Es tu amante?
-¿Qué? Akihiko eso no es verdad él es...
-¿Por qué me mentiste?
-N-No quise hacerlo, yo solo...
-No es justo Hiroki.
-Akihiko por favor...

Solté su medallón y me aparte de él, sin ver atrás salí de la casa, me siento traicionado en cierta forma, lo amo pero algo dentro de mí siente que lo estoy perdiendo.

Luz en la Oscuridad (Nowaki x Hiroki x Akihiko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora