CAPITULO 55 Encuentro familiar. Parte II.

121 11 2
                                    


---Lee---

Mire el portal y suspire.

-¿Es seguro? –pregunte.
-Sí, mucho.
-Oh.
-¿Por?
-Volveré al mundo humano.
-¿Eh?
-Es necesario.
-Sí.
-Entonces iré contigo.
-¿Huh?
-Ya había decidido viajar al mundo humano para comprar algunas cosas.
-Gracias.
-¿Y cuánto tiempo irás?
-Lo que sea necesario.
-¿Paso algo?
-N-No.
-¿Seguro?
-No quiero hablar de ello.

Siento una de sus manos en mi mejilla y desvié la mirada.

-No preguntaré más, solo no quiero verte triste.

Sonreí a medias.

-Entonces, -hizo una reverencia- ¿nos vamos?
-Hai.

Tome su mano y ambos saltamos al portal.

Fue algo...

Grandioso.

Un viaje inigualable.

A pesar de que solo fueron unos segundos.

Llegamos a Francia.

Pareciera que Alexandre le atino con mi país de origen.

-Impresionante. –murmure.
-Je, je, me alegra que te guste.
-Es sorprendente.
-Y bien...
-Sabes, -comente- yo vivo en este país, supongo que volveré a mi hogar.
-Dame tu dirección, me gustaría visitarte cada vez que venga.

Tome un pedazo de papel y escribí en él.

-Ten, -me dio una especie de woki toki- consérvalo.
-Oh.
-Este es especial, porque a pesar de que estemos en otra "dimensión" podrás hablar conmigo y yo contigo.
-Gracias Alexandre.
-Cualquier cosa puedes decírmelo, siempre estaré para escucharte. –me abrazo y me aferre a él.
-Gracias. –susurre.

Nos despedimos y yo volví a mi departamento, en cuanto entre alguien me acorralo en la pared y lo mire, era Ouga... mi hermanastro.

-Bienvenido a casa. –sonrió lascivamente.






---Zerth---

Maldita sea.

Mis sombras no sirven.

No han podido sacar a Natiel de ese lugar.

Joder.

Es mío.

Natiel me pertenece.

Siempre me ha pertenecido.

Es una joda.

Pero...

Pase lo que pase...

Lo sacaré del lugar.

Es mío.

Solo mío.

Solo tuve su cuerpo un par de veces.

Lo quiero solo para mí.

Quiero hacerlo de nuevo con él.

Pero...

Tendré que visitar a Tánatos.

Pedirle...

No...

Exigirle que me dé a Eros.

La esencia de Natiel.

Solo así estará completo.

Mi hermoso Natiel.

Solo para mí.

Quiero ver de nuevo esos ojos llenos de lujuria.

Esa sonrisa inigualable.

Y ahora qué tienes tu propio cuerpo.

Que acudiste a los Shinigamis.

Ahora más que nunca debes ser mío.

Me levanté de mi trono y me dirigí a la salida de mi reino.

Tengo que arreglar algunos asuntos con ese idiota.

Tánatos no es nada ante mi poder.

Él no existiría sino fuera por mi padre.

No es nada.

Así que...

Tendrá que obedecerme.

Natiel.

Disfruta tus pocos días de libertad.

Porque cuando te encuentre.

No habrá nadie que te aparte de mi lado.

Eso lo tengo muy seguro.

Y cuando te tenga.

Voy a destruir todo a mi paso.

Creare caos.

Haré tanto mal.

Todo arderá.

Por lo que soy el nuevo Ares.

Demostraré todo mi poder.

Todos morirán.

Sin excepción.







---Miyagi---

Siento que Shinobu-chin es mío.

Pero más que antes.

Al terminar de besarlo me sorprendí.

Su cabello rubio tenía su mismo color, sus ojos tenían el brillo, y sobre todo...

Sus alas, relucían en su espalda.

-¿Miyagi?
-Shinobu, mi lindo demonio.
-¿Huh?

Tome su mano y lo coloque frente al hielo para que viera su reflejo.

-¿Qué?
-Tienes tu verdadera apariencia.

Él empezó a tocar sus brazos, su rostro y sus alas.

-I-Imposible.

Sus lágrimas comenzaron a caer.

-SI eres un príncipe azul. –sonrió.
-¿Huh?

Él volteo y sus mejillas se sonrojaron.

-Me has curado con un beso.
-Entonces debo darte más por si las dudas.
-I-Idiota.
-Shinobu-chin, no sabes cuánto te amo.
-Debe ser mucho, para dejarte seducir por un demonio.
-Mi sexy demonio está muy sexy.
-B-Baka.
-No se puede evitar.

Shinobu me abrazó y guardo sus alas.

Acaricie su espalda mientras besaba su rostro.

-Te amo Shinobu-chin.
-Y yo a ti.
-Ow, son tan amorosos que da asco.
-¡¡Yuzuru!!! –gruñí.
-¿Me extrañaron?

Coloco que a mi amado detrás de mí.

-Que caballeroso, -rio- protegiendo a mi amado demonio.
-TE MATARÉ. –gruñí.
-No lo creo, -sonrió- soy más poderoso que tú, y por lo consiguiente te eliminare.
-...
-Y cuando acabe contigo haré mío sin descanso a mi diablillo.

Hice un escudo de luz rodeando a Shinobu y forme mi espada.

-Esto será interesan...

Pude ver un rayo color plata atravesar su pecho.

Voltee atrás y vi a mi Shinobu-chin, en sus manos había unas dagas.

Ese hombre empezó a cristalizarse.

-Shinobu-chin.
-Ya me había cansado de su actitud, -gruñó- además mis poderes volvieron.
-No sabía que tú...
-Hay cosas que no sabes de mí angelito. –rio.

Lo tome entre mis brazos y lo bese.

-Te amo.
-Y yo a ti Miyagi, -sonrió- mi Miyagi.
-Pequeño diablillo, es hora de hacer travesuras.


Luz en la Oscuridad (Nowaki x Hiroki x Akihiko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora