Capítulo 50

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—¿Y qué te parece este?—Le pregunto a Jane que anda con cara de desgracia desde que entramos.

—Calum me da igual.—Responde examinado el vestido azul que le acabo de señalar.

—No, no da igual. No vamos a ir al baile pero sí a una graduación.

Jane resopla. 

  —Dámelo.

Hago lo que dice y se lo doy. Acto seguido se encamina hacia los probadores. Esperando a que ella salga busco yo mi traje. Realmente no tenemos mucha suerte los hombres, no mucho de donde escoger. Agarro uno clásico y su camisa blanca y hago lo mismo que Jane. Cuando termino de vestirme me miro en el espejo. 

Qué guapo soy. 

  —¿Cal?  —Pregunta Jane desde el interior de su probador.

  —¿Dime?

 —¿Podrías ayudarme con la cremallera? No alcanzo.

Me acerco hasta su probador y lo toco la puerta para hacerle entender que soy yo. Abre la puerta y voltea. Ese vestido corto me dejaba ver toda su espalda desnuda. Me acerco a ella y comienzo a subirle lentamente esa cremallera, disfrutando de cada centímetro de su piel. Sentí su piel erizarse. Me encanta ponerla así de nerviosa.

  —¿Sí sabes que estamos en un probador y hay gente? —Pronuncia después de unos segundos subiendo su cremallera.

Me río entre dientes y me acerco a su oreja rozando mis labios con ella.

  —Me encantas Jane.

Siento su respiración acelerarse y eso, me satisface. Enseguida me separo de ella terminando de subirle la cremallera. Su mirada voltea a verme directamente, mientras la mía la inspecciona de pies a cabeza. 

  —¿Y bien? —Pregunta con expectación. 

 —Estás perfecta. Lleva ese. 

  —Yo te ayudo a pagarlo Cal.

 —No. Es un regalo que quiero hacerte.

  —Pero es caro Calum, no quiero que...

 —Sólo cállate y llévalo. Lo digo de verdad Jane, deja de preocuparte tanto. 

La tomo de la cintura y le dejo un suave y rápido beso en sus labios. 

  —Está bien. Pero la comida la pago yo. —Dice separando su cuerpo del mío.

—Sus deseos son órdenes.—Respondo inclinándome ante ella.

Jane suelta un pequeña risa. Noto cómo sus ojos comienzan a examinarme de pies a cabeza como lo hice hace un rato. Se muerde el labio seductoramente.

  —Creí que querías reservarte para la casa, pero si lo deseas...—La acorralo contra la pared.— Puedo hacerte algo rápido aquí mismo...

  —Creo que mejor me enseñas en la casa. —Dice acercándose a mi oreja— Porque creo que aquí, no tenemos mucho espacio.

Me muerde el lóbulo de la oreja. Le deposito unos besos mojados en su cuello. 

  —¿Y qué pasaría si no quiero esperar tanto? —Bajo un momento mi beso a sus pechos descubiertos.

Ella suspira. Cuando quiero subir a morderle el cuello una tos falsa nos interrumpe. Cuando volteo, encuentro a una vendedora de mediana edad parada justo al frente de nosotros no muy contenta.

  —Les recuerdo  jóvenes, que el hotel está a dos cuadras por si necesitan descargas las hormonas en algún lado.

  —Lo sentimos. —Pronunciamos a la vez Jane y yo llenos de vergüenza.

Losing It All | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora