Capítulo 34

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Me siento en el porche cuando Jane se quedó completamente dormida. Maldición, Michael sabe de la apuesta y no va a dudar en usar en eso para separarme de Jane. No sé que debería de hace. Si le digo a Jane que hice una apuesta por meterme en sus piernas me va a a mandar a comer mierda. Si no se lo digo será Michael y hará lo mismo pero se sentirá más que traicionada. Hundo mi cabeza entre mis manos desesperado. No quiero perderla, Jane es de las mejores cosas que me han pasado, si se va, se va una parte de mi que nunca vi hasta ahora, la parte capaz de querer y además se iría la chica con la que quiero vivir cosas que sólo podría vivir con ella. Debo decirle, quizás me perdone, quizás entienda que he cambiado y que la quiero. Sacudo la cabeza. No digas estupideces, no lo hará... ¿O sí? 

No. Tengo que decirle, sé que me va a odiar, pero estoy seguro de que me perdonará. Quizás se lo diga este fin de semana. pero tiene que ser pronto o no me perdonará si Michael se lo dice.

Me levanto y voy a mi habitación. Me acuesto a su lado y la admiro dormir. Tengo miedo de lo que pueda pasar, no quiero que se vaya, pero Michael me acaba de acorralar entre la espada y la pared. O soy yo o él que le diga a Jane lo que pasa. 

[...]

Al levantarme no encuentro a Jane a mi lado. Seguro se fue a trabajar, ella trabaja sábados por la mañana. Me levanto yo y me dirijo a la cocina. No hay nadie. Busco a Sebastián y Teresa. No lo encuentro. Comienzo a alarmarme cuando no los encuentro en la casa del árbol. Agarro el celular y la llamo. No contesta. Llamo 5 veces más. No me contesta. Subo de nuevo las escaleras a revisar de nuevo. Pero entonces noto los cajones del armario vacíos. Corro a mi habitación. Las pertenencias de Jane no se hallan en su lugar.

*No, no, no, esto no es lo que pienso*

Corro al cuarto de Dani y la veo llorando. Al notar mi presencia me mira. Su mirada es de pena absoluta. Me acerco y habla.

-Se fueron Cal.

-¿Cómo que se fueron?- Digo con la billis que me sube a la garganta.

-Jane lo sabe.

Abro los ojos como platos y corro fuera de la casa. Me meto al auto y comienzo a conducir a toda velocidad hasta su casa. Al bajar del auto ni siquiera toco la puerta, la abro y corro a su habitación cuando oigo ruidos extraños en ella. Al abrir la imagen simplemente termina de destruirme. Michael le estaba haciendo el amor. Todo se congela en ese momento. Cuando ella se percata de mi presencia me mira con odio y hace parar a Michael.

-Te odio Calum, no puedo creer que lo hayas hecho- Me escupía tal cual cuando la conocí- Amo a Michael, él no hizo una apuesta, lárgate de mi casa.

Por primera vez en mucho tiempo, sentí mis lágrimas asomarse a mis ojos. Se acabó, todo se acabó.

-Calum... ¡Calum!- Grita Jane desde la cama.

-¿Qué...?

Despierto rápido y exaltado. Estaba sudado y con los ojos mojados. 

*Todo fue un sueño, fue un sueño* Me digo a mi mismo.

-¿Calum qué soñaste?- Me pregunta Jane sentándose en la cama y acariciando mi mejilla tranquilizándome.

-T-t-ú te ibas y-y-y-y- Tartamudeaba agarrandome el pelo. 

Jane me acaricia la espalda y me tranquilizaba.

-Cálmate Cal...- Me decía con su dulce voz.

Cuando comencé a calmarme ella me abrazó.

-Sólo fue un sueño... Además. ¿Por qué querría irme?- Dice. 

Mi corazón se encoge. 

*Cuando lo sepas lo harás*

-No lo sé.

-Vamos, tranquilízate y vuelve a dormir que son la 5 de la mañana.

Asiento y me acuesto, ella decide ser la cucharita grande y me abraza.

-Sólo duerme- Dice besándome la espalda.

Me quedo mirando la pared un buen rato. Esto es una señal. Tengo que decírselo. Pero tengo que hallar el momento y las palabras para que no se vaya de mi lado. 

Abuelo ayúdame a que no me deje. 

Porque de algo estoy seguro, de todo lo que tengo sólo quiero dos cosas para siempre:

La primera es Dani, y la segunda es Jane.


Losing It All | EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora