Nuestra familia rara regresa, pero ahora con más poder de volver locas a todas las personas.
Las cosas nunca cambiaron, pero ahora ellos se encuentran en la ciudad.
¿Qué estupidez harán ahora?
¿Por qué no lo descubres ti mismo?
¿Por qué tengo hambre...
Estaba dando un paseo con Nela debajo de la lluvia.
Tenía solamente un paraguas,esa era una excusa para que estuviéramos juntos.
Reíamos de los chistes que cada uno contaba,cuando escuché el grito de un perro.
Miré hacía la calle y vi a un perro con su pata herida.
Corrí hasta él.
-¡Thomas te vas a mojar!.-me gritó Nela.
-¡¿Crees que eso me importa?!.-me hinqué en medio de la calle y me quité la chaqueta que tenía para taparlo de la tormenta.
-¡Vámonos!.-corría con el animal en mis brazos,la lluvia me mojaba completamente el cuerpo,tal vez me resfríe después.
Nela me seguía por atrás,conocía a un veterinario que estaba a unas cuántas calles cerca de donde estábamos nosotros.
Aumenté la velocidad de mis piernas y llegamos más rápido,abrí la puerta del establecimiento y me acerqué a la recepcionista.
-Ayudenos por favor.-dije acercando más al perrito a mi cuerpo.
-Claro claro,en un momento lo atiendo.-dijo hablando por teléfono.
Me senté en las sillas de la sala de espera y dí una gran bocanada de aire.
-Creo que eres muy exagerado.-se sentó Nela junto a mi y cerró el paraguas.
-Soy exagerado cuando se trata de un animal lastimado o indefenso.
La recepcionista volvió y dijo que podíamos pasar.
Cuando entré,miré al veterinario y hable con él sobre lo que había pasado con el animalito.Él dijo que lo curaria inmediatamente y que lo esperaramos afuera.
Después de estar por un tiempo sentado el veterinario salió de la habitación con el perro en sus manos.
Tenía unas vendas en su pata pero se le curaria pronto.
Decidí adoptarlo y llamarle Calcetín,ya que era blanco como uno.
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