Teléfono dañado.

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[Supermercado de la ciudad,5:21 de la mañana]

Caminaba a paso lento, aún estaba adormilado y Antonio me había despertado muy temprano para ir por comestibles al supermercado.

-Maldita sea, que sueño tengo- dí un largo bostezo y continué caminando junto con el carrito.

Cerré con lentitud los ojos, pero terminé dándole un golpe a algo con el carrito, así que abrí los ojos y miré que frente a mi había un chico igual de dormido que yo junto con un carrito.

-¿Te encuentras bien?- pregunté, moviendo mi cabeza a los lados para ver el rostro del chico, ya que, éste se encontraba con la cabeza gacha.

-Si, estoy bien- respondió el chico, elevando la cabeza, y tocando ésta con sus manos.

-Lamento mucho esta repentina golpiza entre nuestros carritos, me encuentro algo adormilado- pasé mi mano por mi cabello, y sonreí con nerviosismo.

-No te preocupes, después de todo, es algo normal en ti que vengas a las 5 de la mañana por comestibles- dijo el chico.

Miré al chico de nuevo y éste no era un desconocido, era Alex con el gorrito de Borrunio en su cabeza.

-¿A-Alex? ¿Que haces en este supermercado?- pregunté con sorpresa.

-Eso debería de preguntarte yo, ¿Que haces en este supermercado que técnicamente está cerca de mi casa?- Alex sonrió en victoria.

-Eso... Emm... no tengo excusas para eso- regresé a mi compostura normal.

Alex rió, tapándose la boca, yo no pude evitar sonrojarme un poco y sonreír de la misma manera, aún sentía un sentimiento por Alex que no se quitaría con nada, además de que su risa era tan angelical que no evité sentirme nervioso.

-Veo que aún conservas ese lindo gorrito que te dí cuando estabas llorando por un libro- Alex dejó de reír y regresó a su compostura normal.

-Éste... claro que no, sólo me lo puse porque... ¿era el único limpio?- habló con duda al final.

-Hahaha, por supuesto- dije sin creerme lo que dijo.

Nos mantuvimos en silencio por un momento, abrí la boca para disculparme sobre el suceso que había ocurrido hace poco en la habitación de Alex, cuando me había hecho pasar por su novio, pero Alex elevó su mano en modo de silencio.

-No lo digas, todo el tiempo estuviste disculpado, nunca debi haberte gritado ni mucho menos sacado de mi casa, fuí un impulsivo, y lo lamento por eso, además de que...- Alex se encogió de hombros con cierta tristeza- ...te extraño.... ¡Pero sólo un poco!

Sonreí abiertamente y reí con ciertas lágrima en mis ojos, yo de cierta manera lo extrañaba, pero ahora era demasiado tarde como para volver a ser como antes. Aunque me conformo con ser sólo amigos.

-¿Que te parece si en la tarde vamos a la feria?, ya sabes, como en los viejos tiempos- sugerí con cierta alegría.

-¡Claro!, como en los viejo tiempos- respondió.

-¡Excelente!, bueno, sería a las...- miro mi reloj de muñeca- ¿13 de la tarde?

-Si, es un buen tiempo

-Bueno, nos vemos ahorita- dije moviendo el carrito fuera del pasillo, despidiéndome con la mano.

-¡Adiós!- gritó él.

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¡¡Las Personas Son Raras!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora