Escudo.

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Antonio.

Lean y yo hibamos de camino a la cafetería,platicabamos sobre temas triviales y yo me burlaba de mi amigo por que se encontraba muy nervioso,diciéndole que se hiba a terminar orinando en los pantalones antes de llegar a la cafetería.

En un momento de la caminata,tomé la mano de Lean,afuera aún seguía haciendo frío y había olvidado traer unos guantes,por lo que decidí tomar la mano de mi mejor amigo,a él no pareció importarle ya que habia ocasiones anteriores en las que hacía lo mismo para guardar un poco de calor en mis manos o cuerpo.

-¿Tienes mucho frío no?.-Lean me miró y después observo nuestras manos juntas.

-¿Tu que crees?.-sonreí con burla.

Lean rodó los ojos y soltó nuestras manos para pasar ese brazo por mis hombros y pegarme a el.Cerré los ojos por un momento,me sentía muy cómoda,hasta el punto de querer dormirme.

Abrí mis ojos al escuchar el chasquido de los dedos de Lean frente a mi rostro.Miré mi entorno y después miré a Lean que se estaba riendo.

-Te quedaste dormida,y lo peor fue que estabas caminando como un sonámbulo.-Lean se alejó y miró la cafetería.

-¿Ya llegamos,tan pronto?.-pregunté con cierta sorpresa.

-Pues si,aparte de que fue algo incómodo que estuvieras llenando de baba mi chaqueta.-habló Lean con cierto asco en su voz.

Miré la chaqueta de Lean y era cierto,estaba llena de mi baba.Reí por un momento mientras Lean me regañaba por haberme dormido en el camino.

-Bueno,entremos ahora princesita de las praderas.-dije empujando las puertas de la cafetería.

Thomas estaba ahí,atendiendo a unas ancianitas que elogiaban su aspecto,diciendole que era un sexy camarero y que su trasero era muy lindo.

Antonio guió a su amigo hasta las oficinas que estaban detrás de los cajeros,llegando después a una puerta que tenía el nombre de "Contratista" con letras Mayúsculas y en negrita.Lean miró a su amiga y ella sólo le sonrió con malicia.

-Tranquilo,solo te hará unas cuantas preguntas y verá tus papeles de estudio.-dije,tratando de calmarlo y estaba funcionando.-Yo te esperaré aquí,pero ten cuidado,a veces es algo griton,es mejor que esquives sus motosierras.-sonreí de nuevo al ver la expresión de miedo en el rostro de Lean.

Él suspiró y abrió la puerta para entrar,cerrandola después.Yo sólo me alejé y tomé mi mandil para ponerlo en mi cintura,después me hice una coleta y tomé una pequeña libreta junto con un bolígrafo.

Salí de el pasillo de las oficinas y pasé por los cajeros,me acerqué a una mujer adulta que estaba junto con un niño.

-Bienvenidos,¿algo se les apetece del menú?.-pregunté abriendo mi libreta y poniendo mi bolígrafo cerca.

-Mmm,un café con leche descremada y...¿que se te apetece hijo?.-preguntó la madre.

-Pastel de chocolate,por favor.-dijo el niño con cierta timidez.

Apunté lo que ordenaron y dije un audible "Se lo daremos en unos momentos" alejandome de ellos y dejando el pedido en los cajeros.Me acerqué a Thomas que aún estaba con las ancianitas,tal vez necesitaba un poco de ayuda ya que se le veía nervioso.

-¿Ya ordenaron hermosuras?.-dije entrelazando mis manos,mirando a cada una de ellas.

-Si querida.-dijo una de ellas.

-Bien,entonces en un momento les traemos sus pedidos.-dije tomando a Thomas del antebrazo.

-Muchas gracias Antonio,me sentía muy incómodo con ellas,una trató de agarrarme el trasero.-hablo Thomas,susurrando lo último en mi oído.

--Tirititi,cortes comerciales.--

¡¡Las Personas Son Raras!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora