Vida.

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Antonio.

Sentada fuera de mi casa,en una silla con las piernas cruzadas,recargando mi codo en mi pierna derecha y recargando mi cabeza en la palma de mi mano,observando el sol que se encontraba cerca de las montañas,quería mirar ese bonito atardecer y por eso había estado unas horas antes de que eso sucediera.Sople un mechón de cabello que estaba en mi cara y traté de moverlo.

No había visitado a Alex por razones ilogicas,tal vez me encontraba enojada con él por estar con ese chico pelirrojo llamado ¿Martín?,¿Mateo?,bueno,el punto es que estaba enojada con él porque había olvidado a Lean,a un chico maravilloso,estúpido a veces,pero era un chico único.

Bajé mi cabeza y miré mis piernas,en mi pierna izquierda se encontraba reposando un manga yaoi que Lean me había prestado pero que nunca se lo devolví porque la trama estaba buena.Anteriormente me encontraba leyendo el manga,pero sólo hizo que recordara viejos momentos con Lean y me heche a llorar,así que decidí dejarlo aún lado y mirar las montañas.

Me incorporé y quité mi cabeza de mi mano para mirar el sol que comenzaba a bajar lentamente y esconderse por las montañas,el sol me recordaba al cabello de Lean,el sol era como amarillo con naranja y rojo para nuestros ojos humanos,el caso es que lo amarillo del sol me recordaba al rubio de Lean.

Al ver las estrellas que comenzaban a aparecer,decidí quedarme un rato más,para pensar en otras cosas,tal vez en porque el agua es cristalina,aunque eso lo podría investigar en Internet.Giré la cabeza hacia la izquierda y miré que nuestro vecino había salido a tirar la basura en el bote,se encontraba sin ninguna prenda puesta en el pecho,yo saqué mi teléfono y tomé una foto con flash,el vecino miró eso y giró su cabeza,yo sólo saludé y él hizo lo mismo,para después entrar lentamente a su casa.

Aburrida de estar afuera y aparte por que comenzó a ser frío,me levanté de la silla y entré a mi casa,cerré la puerta y me acerqué al sillón,para sentarme y prender la televisión,cambié los canales hasta que me dispuse a ver Hora de aventura.

Estuve asi por un rato,desparramada en el sillón mientras me rascaba el estómago,hasta que escuché que el timbre sonaba,suspire y me levanté con pereza del sillón.Se escuchaba el insistente ruido del timbre y decidí apurarme.

-¡Ya voy,chingada madre!.-dije tomando la perilla y abriendo de golpe la puerta,mirando a la persona que estaba afuera.

Mis ojos se abrieron de golpe y me alejé lentamente,tapandome la boca,sintiendo las lágrimas saliendo sin control de mis ojos.La hermosa melena rubia de él se notaba algo sucia,su rostro se encontraba moreteado y con  sangre en su labio y nariz,pero esa sonrisa débil mostraba que no tenía que preocuparme por nada,que todo estaba bien.

-Hola Antonio...

Me desmaye sin siquiera tener oportunidad de hablar o hacer algún movimiento.

--Tirititi,cortes comerciales.--

Hasta aquí se queda el capítulo :v

¡¡Las Personas Son Raras!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora