Goma de mascar.

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Thomas estaba sentado en el sillón jugando un video juego,cuando el pequeño Alen entró a la sala,con el cabello revuelto y su pijama de gatos.

Eran las 7:00 de la mañana y Thomas siempre llegaba a esa hora por que se le daba la gana.

-Buenos dias Alen.-dijo Thomas poniendo pausa a el juego.

-Meno nia.-dijo Alen,aprendió a hablar casi correctamente a su,ahora,edad de 2 años.

-¿Desayunaras?.-preguntó el mayor.

El rubio se limitó a asentir y soltar un gran bostezo.Thomas se levantó del sillón y caminó con Alen hasta la cocina.

-¿Que quieres desayunar?.-habló Thomas.

Alen apuntó a los Choko Krispis que estaban en la estantería más alta.

Thomas los tomó sin ningún esfuerzo y después de otro mueble sacó un bol pequeño.

Cuando terminó con el cereal,se lo entregó a Alen y cuando por fin pudo mirar el rostro del niño,sus ojos se abrieron.

Alen tenía unos lentes en el puente de su nariz.Le recordaban a los que había visto en el rostro de ese chico rubio explotador de botes de basura.

-¿Dhomas?.-habló el infante,extrañado por la reacción que tuvo el mayor.

-N-no puede ser,¿eras tú?.

¡¡Las Personas Son Raras!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora