Light my fire | The Vamps |

Capítulo 46: Novio

Mierda. Mierda. Mierda. ¡Y mil veces mierda!

Me separo de Brad, o más bien, lo empujo para separarlo de mí.

-¿Afrodita dónde estás?-dice desde el suelo con los ojos entrecerrados.

Está más colocado que la mierda.

Porque claro, no hay manera de que Brad haga semejante cosa en sus cinco sentidos. Por supuesto que no, tiene que estar drogado para hacerlo.

Voy hasta la puerta y forcejeo inútilmente.

Está cerrada con llave, lo sé, pero la desesperación me invade, necesito salir de este puto lugar.

Pateo la puerta, pateo los estantes, pateo todo.

-¡Terremoto!¡¿Afrodita dónde estás?!

Las incoherencias que salen de la boca me hacen enfurecer aún más así que empiezo a tirar todo por todo lado.

Cuando escucho el peculiar sonido de unas llaves contra el piso, paro.

¿Esas son...

Hija de puta.

Tomo la llaves y salgo de ahí.

¿Dejando a Brad sólo en su mundo creado por los brownies de marihuana? No. Mi inconsciente no puede con eso.

-Volviste-dice cuando me agacho a su altura y empiezo a revisar sus bolsillos-¿Por qué me estás manoseando, Afrodita?- pregunta con el ceño fruncido y poniendo su pico como el de un pato.

Oh, Dios.

Agradezco encontrar su celular, y al mismo tiempo no, ya que su fondo de pantalla es una foto de la puta.

-Idiota-susurro mientras creo un mensaje para Connor.

-¿Yo?-pregunta manteniendo su cara de pato.

-Callate-contesto mientras escribo de parte de Brad, diciendo que necesita ayuda y dándole su ubicación.

-¿Ya no te gusto?-dice poniendo una mano en mi mejilla. Envío el mensaje y no puedo evitar mirarlo a los ojos-¿Afrodita?

Mierda.

Me levanto en ese mismo momento y salgo de ahí.

Estoy enfurecida, enojada, furiosa...

¿Dónde mierda estoy?

Creo que tome el pasillo incorrecto y llegue a otro patio, con un pelotero y juegos para niños.

Genial.

-¿La diosa griega se perdió?

Escucho y reconozco su voz. ¿Y saben qué? Por primera vez, no le tengo miedo, no tiemblo, no nada.

La rabia y el enojo parecen ser más fuertes que el miedo, así que no, no le tengo miedo al estúpido jefe de Chris.

-Vete a la mierda-respondo seca.

Está oscuro, pero puedo ver su sonrisa en medio de la oscuridad.

Camina hacia mi y yo no me muevo del pasillo.

-¿Qué dijiste?-dice cuando está a menos de un metro de distancia. Sus ojos azules se clavan en mi.

-Que te vayas a la mierda-repito mirándolo a los ojos. Suelta un risita por lo bajo y se acerca más.

-¿Así que ya no me tienes miedo?-dice y puedo sentir su aliento. Esta masticando un chicle de menta.

-Vete a la mierda-digo y elevo mis manos para empujarlo, pero como era de esperarse las ataja y las pone contra la pared a los costados de mi cabeza-Suelta, estúpido-digo revoleando los ojos.