Light my fire | The Vamps |

Capítulo 47: Afrodita

Me mira de arriba a abajo, me escupe, me patea, hace que su perro me muerda y me desfigure, me vuelve a escupir, me grita "¡Zorra!", y se va.

Sí, eso es lo que espero que haga, y por alguna razón que desconozco, es también lo que quiero que haga.

Pero no.

Mira con el ceño fruncido mis piernas extendidas en el suelo. Sigo su mirada y entiendo su reacción.

Mi pantalón está roto y la tela se empieza a manchar de un color oscuro, no se nota demasiado por que es un jean oscuro, pero ambos sabemos que es sangre.

Mierda.

Suelto un suspiro y cuando levanto la vista, veo su mano extendida hacia mi.

Me quedo viendo su mano como estúpida, pensando en si debería aceptar su ayuda, ¿merezco su ayuda?

Brad no me deja pensar, se agacha y toma mis manos, ayudándome a ponerme de pie.

Su toque me incomoda.

-¿Te duele?- dice agachandose y cuando va a tocar mi pantalón rasgado, retrocedo.

Esto está mal.

-Estoy bien, gracias-digo preparándome mentalmente para salir corriendo y evitarlo.

-Sam-llama mi atención- ¿podemos hablar?

Oh, Dios.

Es por el beso, es por el puto beso.

Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.

-Claro.

¿Qué? Por favor, alguien que me mate.

Se supone que tenías que huir, grandísima estúpida.

-Accidentalmente terminé drogado ayer-dice con la mirada en el piso y una media sonrisa- Connor y Nicole me llevaron a casa, y me dijeron que no paraba de buscar a Afrodita.

Por la mierda.

-Ah-Es lo único que puedo formular.

-Fue... Divertido-ríe mirando como sus pies juegan con una pequeña piedra en el suelo-En fin, el caso es que no recuerdo de dónde saqué eso de Afrodita, sólo recuerdo tomar los brownies y buscar un lugar donde esconderme luego de...-su voz falla y él debe aclarar su voz-del video-dice rápidamente, para luego levantar la mirada.

Ay, no.

-¿Sabes? Creo que debo agradecérselo a James-dice torciendo el gesto-Sam-vuelve a hablar luego de un breve silencio-¿tuviste algo que ver? Es decir, no es que te este culpando pero tu siempre me lo repetías, pero tal vez estoy equiv-

-Sí-respondo y espero los gritos.

Sus labios se fruncen, se rasca la cabeza, y finalmente habla.

-Gracias.

¿Este chico sigue drogado?

Este chico tiene que estar drogado.

-De verdad, gracias.

Este chico está drogado.

-¿Qué?-pregunto confundida.

-Tenias razón acerca de Dess- dice arrastrando las palabras.

Estoy apunto de decirle "¿Eres retardado o qué?", pero su bendito perro se me abalanza, pisando mi rodilla, haciendo que suelte un gemido de dolor.

-¡Jesse!-grita el castaño, apartando a su adorada mascota de mi.

Duele duele duele duele duele.